El 8 de marzo es la fecha en que se conmemoran las diferentes luchas protagonizadas por las mujeres del mundo entero, para avanzar en la conquista de sus derechos. Este día no es un día más, sino es un día para tener presente las luchas de cada una, luchas que, muchas veces, no son visibilizadas quedando en el anonimato o en el silencio y que sólo se descubren en los rostros, en lo más profundo de cada mirada, en los ojos brillantes, expresiones acalladas, silencios interminables y formas de vivir inmersas en una rutina diaria sin posibilidad de encontrar una luz de salida.
Mujeres que caminan diariamente transitando calles y pasillos en busca de justicia, de seguridad para ellas y su familia, mujeres que trabajan sin descanso para subsistir y poder vivir dignamente, son luchas incansables ante un sistema que oprime y explota de diversas maneras, y ante las cuales nuestras respuestas muchas veces son débiles y poco comprometidas.
Este año, otra vez es tiempo de volver a replicar, acompañar y sostener de manera esperanzada y amorosa el pedido de justicia y de proclama por los derechos a la vida digna, a ser libres en la toma de decisiones, a ser escuchadas, a ser protegidas del maltrato y la violencia que se manifiesta de diversas maneras generando inseguridad y miedo, como así también a que no se limite el entendimiento, a que las ideas no se encasillen, a que se respete la diversidad y sobre todo, que se reconozca el verdadero valor detrás de las personas, especialmente de las mujeres.
¡La lucha sigue vigente! Quiero traer a la memoria a mujeres como María Magdalena entre otras que siguieron a Jesús desde Galilea, ellas nos enseñan a estar con los que sufren injusticias, a ser valientes y a no dejar y tener como guía a Jesús, aun en los momentos más crueles y dolorosos. Aquellas mujeres, testigos del Cristo resucitado, nos dan la garantía de que por medio de Él, podemos salir y dejar atrás las tinieblas y venir al encuentro de Jesús que es luz, paz, amor, comprensión, respeto, justicia… En estos tiempos que somos sacudidas/os por la incomprensión y la insensibilidad, signos de muerte que como cristianas/os debemos quebrar alzando la voz con coraje para lo cual necesitamos que su Espíritu esté con nosotras/os.
Cumple, Señor, tu promesa, venga tu reino de amor y que el sol de tu justicia vuelva a alumbrarnos Señor. Amén. (Canto y Fe Nº 347)
Marta Garnier
Miembro de la Mesa Valdense
Amén Marta! Muchas bendiciones para ti también en este día. Nos conocimos en la iglesia y les tengo mucho cariño a todos. Te dejo mi canal de Youtube por si quieres verlo, donde comparto algunas canciones adorando a nuestro Señor, y enseño por Su gracia algunos trocitos de la Biblia. Bendiciones.