Leemos en nuestras Biblias: Juan 14:15-21
“Todas las promesas del Señor Jesús son apoyo poderoso de mi fe” dice un antiguo himno. En este tiempo nuestra fe necesita de un apoyo poderoso, tenemos miedo. Hay crisis sanitaria y crisis económica que golpean al mundo entero, tenemos miedo de morir por el Coronavirus, o por falta de alimentos, o por un infarto ante tanta incertidumbre. Muchos de los planes que teníamos para este año están suspendidos o cancelados definitivamente. Nos sentimos tan confundidos y confundidas como los discípulos y discípulas de Jesús cuando su maestro fue arrestado y crucificado.
Los pensamientos que hoy comparto con ustedes tienen esa intención: la de ser un apoyo poderoso para nuestra fe. En el texto que nos ocupa (Juan 14:15-21) nos encontramos en la semana anterior a la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
El Maestro sabía del duro trance que les esperaba, es por eso que en todo el capítulo 14 encontramos varias promesas: “Voy a prepararles un lugar”, “yo soy el camino, la verdad y la vida, solamente por mí pueden llegar al Padre”, “el que cree en mí, hará las obras que yo hago y aún mayores”, “todo lo que pidan al Padre en mi nombre lo haré”. Pero la más importante de todas esas promesas es la que encontramos a partir del versículo 15, Jesús les promete que no los abandonaría a su suerte, que no los dejaría huérfanos, que estaría siempre con ellos a través del Espíritu Santo, el Defensor.
Muchas veces decimos que el amor de Dios es incondicional, ¿pero lo es realmente? Jesús les decía a sus discípulos que para percibir su amor, y su presencia a través del Espíritu Santo, era necesario demostrar que lo amaban de verdad. Esa es la condición: el amor. Dios nos ama siempre, pero a veces no nos damos cuenta de ello, ¿será que nos está fallando el amor?
Aún en medio de la confusión más grande, si amamos de verdad a Dios, percibiremos que no nos ha dejado solos ni solas, que el Defensor está con nosotros y nosotras. Su presencia alejará los temores. “Grandes, fieles las promesas que el Señor Jesús ha dado, grandes, fieles, por siempre en sus promesas confiaré”
Nívea Classen
Comunidad Valdense de La Paz-Entre Ríos, Argentina.