Los textos de Mateo 15 (10-20) y (21-28) nos invitan a reflexionar sobre el poder que tiene la palabra sobre nosotros y los otros y las otras.
Las sociedades en las que vivimos se han vuelto cada vez más desiguales, injustas, agresivas, violentas y a menudo, nos pueden arrastrar hacia situaciones de violencia, materializadas muchas veces en palabras, las que nos dicen y decimos. En situaciones de violencia, el enojo de los otros y las otras, puede arrastrarnos hacia lugares en los que no queremos estar, volvernos violentos y violentas también.
El ser sencillos, prudentes, pacientes, son cualidades que nos ayudan a enfrentarnos a situaciones complejas; se llega mucho más lejos siendo hábil, sutil, cauteloso. La paciencia, sobre todo, se construye, se ejercita, se aprende… no siempre es fácil, hay ocasiones en que nos cansa, nos aburre ejercitarla. Por ello, debemos procurar ahorrar la paciencia, administrarla para que nos sea útiles en las situaciones que realmente lo merecen, evitar el enojo innecesario.
Somos lo que hacemos, pero también lo que decimos… que nuestras palabras sean reflejo del mundo en el que queremos vivir.
Erika Velázquez Guerrero
Espacio Cultural Valdense