REFLEXIONES – Página Valdense – Edición mayo 2021

Estrategias de sobrevivencias en contextos de opresión

En el Libro de los Jueces se relata la historia del pueblo de Israel, abarcando desde su asentamiento en la Tierra Prometida hasta la institución de la monarquía en tiempos de Saúl y de David. Casi siempre, se trata de episodios guerreros donde el ataque de enemigos externos ponía en peligro la existencia de las tribus israelitas. El rol de liderazgo que van a desempeñar «lxs jueces» o «lxs caudillxs» será clave y hará de hilo conductor en la búsqueda de liberación ante la opresión que sufrían. La preocupación teológica está asentada en la desobediencia del pueblo ante los ojos de Dios al rendirles culto a los dioses de los pueblos vecinos.

En medio de esos relatos, a diferencia de otros textos bíblicos, las mujeres aparecen en casi todos los capítulos, incluso en algunos son centrales en las historias (como la hija de Jefté en Jc 11: 34-40 o la concubina del levita en Jc 19:1 ss) aunque muchas de ellas son desconocidas. Podemos observar como en la mayoría de los casos sus nombres propios no están registrados, sino que son nombradas según categorías familiares de género: hija de, madre de, esposa/segunda esposa, soltera, viuda o divorciada, esposa-esclava o concubina.

En otras ocasiones, algunas son más conocidas o son mencionadas por sus roles en la sociedad, siendo protagonistas claves en la historia de Israel: jueza-profetiza- «madre de Israel»; sacerdotisa (Débora y Jael, respectivamente, en Jc 4-5); guerreras, etc.

Las historias de algunas de estas mujeres en el libro de Jueces evidencian la vulnerabilidad a la que estaban expuestas en la casa patriarcal, llevándolo al extremo y convirtiéndolas en parte de los daños colaterales (por ejemplo: son objetos de intercambio en las transacciones entre los hombres).

En este sentido, al principio del libro encontramos el relato de Acsá (Jueces 1):

11Luego atacaron la ciudad de Debir, que antes se llamaba Quiriat-séfer. 12Y Caleb prometió que al que conquistara Debir le daría por esposa a su hija Acsa. 13El que la conquistó fue Otoniel, hijo de Quenaz, hermano menor de Caleb; entonces Caleb le dio por esposa a su hija Acsa. 14Y cuando llegó ella, Otoniel la convenció para que pidiera un terreno a su padre. Al ver Caleb que Acsa se bajaba de su asno, le preguntó:

– ¿Qué te pasa?

15–Quiero que me concedas algo –contestó ella–. Ya que me has dado tierras en el Négueb, dame también manantiales.

Y Caleb le dio los manantiales de arriba y los de abajo.

En el contexto de la historia de la conquista de Canaán por parte del pueblo de Israel, el arreglo entre Caleb y Otoniel es más que satisfactorio para ambos, además de conseguir la victoria sobre las tierras. Pero el relato también refleja que el rol de Acsá no va a ser solamente el de víctima, en tanto es parte del “botín de guerra”, sino que ella evidenciando su lugar de sumisión en la estructura patriarcal, decide llevar adelante una acción de lucha para asegurarse un mejor porvenir para su familia. Así es como Acsá, montada en su asno, regresa a lo de su padre para pedirle la concesión de manantiales y consigue el favor ante su solicitud.

Esta historia nos invita a reflexionar sobre los papeles fundamentales y transformadores que resultan de la decisión de las personas, que como Ascá, visualizan su lugar de sumisión y se organizar para luchar en pos de poder sobrevivir a las situaciones de violencia en las que se entraman sus existencias.

Sobrevivir en contextos de ocupación, guerra, opresión y explotación es la opción que les queda a los cuerpos atravesados por las violencias, mostrando las formas específicas en las que se expresan, pero también las alternativas que se abren a partir de sus intentos estratégicos por vivir.

Aprender a leer con ojos atentos y críticos estos relatos, nos posibilita ver un mensaje liberador que no se trata de meros triunfalismos individuales, sino que nos hablan de las luchas cotidianas en las que se enmarcan las historias de tantas personas que han sido, y siguen siendo, violentadas. El anuncio de la vida buena y abundante para toda la creación se tensiona y resignifica desde esta nueva perspectiva que nos trae la relectura bíblica para ayudarnos a tejer redes que nos permitan ver la realidad y transformarla.

 

Yanina Vigna

Equipo editor

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