Por tercer año consecutivo, la Intendencia de Colonia, Uruguay, reconoció a Mujeres Emprendedoras de Colonia, en un acto llevado a cabo en el Centro Cultural Bastión del Carmen. Entre esas mujeres se encuentra la pastora valdense Blanca Armand Pilon, fundadora de Voz de la Mujer, Fundación que trabaja acompañando a mujeres que sufren violencia de género.
Este acto reconoce a mujeres que están haciendo acciones de valor para la comunidad donde viven y que aportan significativamente al desarrollo del departamento.
Shirley Pagalday, Referente de Género de la Intendencia de Colonia, contó el proceso de nominación 2021. Destacó que estuvo abierta una convocatoria para que la ciudadanía nominara, con una breve justificación, a aquellas mujeres que les gustaría fueran reconocidas por su actitud emprendedora en la comunidad donde viven, cuyo resultado implique el desarrollo del departamento.
Las categorías fueron: educación, ciencia/medicina, negocios, arte/diseño/literatura, medio-ambiente, política, emprendedora social, música, religión, medios/entretenimiento, derechos humanos, ciencias sociales, deporte, tecnología, otras.
Blanca, en su discurso de recepción del reconocimiento dijo lo siguiente:
Agradezco estar aquí, esto profundiza y amplía el compromiso. Recuerdo un pasaje del evangelio donde dos de los discípulos de Jesús se acercan a él para pedirle poder sentarse uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús los mira con tristeza, aún no han entendido y les dice que el hijo del hombre no vino para ser servido sino para servir, y que el que quiera ser primero deberá aprender a ser último.
Este texto ha sido y es mi cable a tierra. En un mundo signado por un concepto del poder jerárquico, de usar a los demás en beneficio propio, esto es una buena noticia, el verdadero poder es con y para los demás. En ese sentido creo firmemente que el movimiento feminista es una buena noticia, para mujeres y varones y para las sociedades en su conjunto. Porque lucha y reivindica un poder para la igualdad, basado en los derechos humanos que garanticen el ejercicio de la justicia. Porque las que estamos hoy acá seguramente tenemos deudas con tantas mujeres, conocidas y desconocidas, que lucharon por nuestros derechos, el derecho a votar, el derecho al trabajo, a igual remuneración por igual tarea, a decidir sobre nuestros cuerpos, a decidir sobre el dinero, a saber que las tareas de cuidado corresponden por igual, a una vida libre de violencia para ejercer los derechos y tener oportunidades dignas de desarrollar la vida.
Hace sólo algunos años atrás no pensábamos en algunos de estos logros y leyes que hay que seguir cuidado. Las utopías, los sueños nos ayudan, nos empujan hacia adelante. Pero no hay sueños personales sin sueños comunitarios-sociales. Y no hay sueños sociales sin los sueños personales.
Salir del camino de la meritocracia, de los merecimientos de creernos mejores que otras personas y caminar hacia sociedades más equitativas en su accionar fortalece la dignidad y el respeto por la vida en su diversidad. Gracias
Fuente: Con efe comunicaciones