Leemos en nuestras Biblias: Lucas 13:10-17
Más nos acercamos a la Biblia y leemos los Evangelios, más nos sorprende Jesús en sus encuentros con las personas. Sus actos y palabras en esos encuentros con la gente de su tiempo, sacuden nuestras vidas tanto como creyentes que como humanos. Su visión y forma de encarar la realidad cotidiana es una invitación constante a abrir nuestros ojos, oídos y corazón a la realidad que vivimos apoyados en ese estilo de vida lleno de libertad, de profunda comprensión de lo cotidiano y lleno de amor para romper esquemas y formas culturales de nuestro vivir. Y es siempre como un aire fresco, renovador, estimulante para nosotros/as.
Sus palabras y sus gestos son una invitación a revisar nuestro comportamiento en palabras y hechos. Sentí, al leer el pasaje, que me hablaba puntualmente a mí y a la comunidad de fe en la que vivo, y me decía algo así como: «no sacralicen las formas con las que desde la visión Evangélica miras/n la vida de las personas; las realidades cambiantes del mundo en el que vivimos». Como si dijera con mucho amor pero con tremenda firmeza: «abrí/abran el corazón para percibir la invitación de Dios al desafío de actuar con libertad haciendo que el vínculo con lo humano sea una oportunidad de disfrutar los efectos del Amor».
La descripción de la condición de la mujer poseída por una enfermedad que le impedía erguirse y los años que llevaba sin poder mirar hacia el futuro es muy fuerte. Y creo que el relato diciendo que Jesús la VIO es también una buena noticia para nosotros/as. Jesús se detiene y ve. Jesús ve y se acerca llamando y actuando. Su sensibilidad debería ser la impronta con la que debemos vivir. Liberarnos para ayudar a liberar. Mirar hacia abajo para poder ayudar a mirar hacia adelante, sabiendo que desde arriba Dios ya ha mandado el poder de su Reino, de su propuesta de Vida Abundante.
Es maravillosa la libertad con que Jesús actúa, sin preguntar nada, sin pedir nada, solo liberando con el poder del Amor las ataduras de nuestra humanidad.
Y creo que es también ilustrativa la parte del relato que habla de la actitud del representante de la religión que, supuestamente era cara visible del pueblo de Dios actuando en favor de la Vida. Cuestiona a Jesús por el hecho de haber liberado del poder de la no vida a alguien y más aún, de una mujer que de alguna manera está representando el menoscabo de su condición como tal.
Quizá, el relato también nos está invitando a revisar o por lo menos poner en duda muchas de nuestras actitudes personales y comunitarias frente a las realidades de nuestro tiempo. Y no creo que para lamentarnos, justificarnos o dejar pasar, sino para cambiar lo que tengamos que cambiar de tal manera que podamos disfrutar de la nueva Vida generada por el Amor de Dios.
Hugo R. Malan T.
Pastor Emérito (IEVRP)