Leemos en nuestra Biblia: Mateo 13:1-9, 18-23
Labrador incansable,
abro los ojos y veo tu obra:
con tus manos llenas de sol,
germinaste la vida,
brota el agua en lo seco
y se hacen los ríos,
crecen los bosques
y se levantan las montañas.
Tú, sembrador tenaz,
que porfiadamente,
desmalezas, remueves y abres surcos
para que la vida se abra en un milagro,
desafiando muerte y destrucción.
A ti, compañero de caminos,
te pido que labres en mí
al nuevo ser humano,
y pueda florecer en colores vivos,
en medio de tanto gris.
Tú, que eres obrador de la historia,
te pido que siembres en nosotros,
tus hijas e hijos, tu pueblo,
para que seamos nuevos brotes,
plenos de vida y esperanza.
Y de este modo, ser también nosotros,
trabajadores constantes,
que, con fe y alegría,
podamos cultivar la vida buena,
en amor, paz y justicia,
para toda la creación.
Estos y estas somos,
delante de ti,
Sembrador de la vida abundante,
y en tus manos laboriosas
ponemos nuestros esfuerzos y anhelos.
Amén.
Pastor Eduardo Obregón