La Iglesia Valdense se prepara para el desarrollo de su 61° Asamblea Sinodal Rioplatense

Camino a la realización del sexagésimo primer Sínodo del área rioplatense, Eduardo Obregón, Darío Dalmas y Liliana Forastieri, actuales integrantes de la Comisión de Examen (CE), comparten sus percepciones sobre cuales creen que serán los temas principales a trabajar entre el entre el 30 de enero y el 2 de febrero en el Parque XVII de Febrero, Uruguay.

El Culto de Apertura será el 30 de enero a las 14 horas, y posteriormente se dará constitución formal a la Asamblea y comienzo al trabajo sinodal, guiados-as por el lema de este año basado en los textos de Lucas 9:62 y Hebreos 12: 12: ““Con la mirada en Jesús, en perseverancia caminamos”.

Como sucede en cada edición, el ritmo de trabajo se pauta según el despacho de la Comisión de Examen que tiene la tarea, durante las semanas previas, de realizar un análisis institucional basado en los informes que recibe, para luego poner en tensión y esbozar algunas líneas de reflexión posibles permitiendo que las y los integrantes del Sínodo puedan evaluar y proyectar diversas áreas de acción.

La CE hace un seguimiento de algunos procesos ya iniciados y algunas cuestiones que fueron adquiriendo mayor preponderancia en este último tiempo sobre los ejes temáticos trazados: procesos de fortalecimiento comunitario, ministerios, adolescentes y jóvenes, comunicación, capacitación y liderazgos, diaconía y finanzas.

En este sentido, estima que la Asamblea Sinodal pondrá énfasis en dos grandes temas: Ministerios Particulares, principalmente a partir de reflexiones hechas por la Comisiones de Ministerios y proponiendo echar luz sobre las distinciones entre ministerios y liderazgos, ministerios y funciones, y Mayordomía y Finanzas, donde se comparten algunas reflexiones sustentadas en la solidaridad entre comunidades hermanas y también algunas novedades presupuestarias.

Al final de la conversación, Eduardo Obregón comenta: “Creo que hay un compromiso de parte de los diputados y diputadas para dar las discusiones a fondo. Se sigue viendo esto como una necesidad porque estamos en un proceso de transición, de búsqueda, de cambios, de tratar de generar respuestas nuevas a problemas nuevos. Estamos en esa transición entre una iglesia vieja que ya está en crisis, que con sus viejas acciones y modelos no da respuestas a problemas de la realidad”, mientras que Liliana Forastieri agrega: “Sin lugar a dudas necesitamos del encuentro, de la solidaridad, de la empatía por la situación política y social que estamos viviendo; necesitamos acompañarnos y sostener este proceso que venimos dando, que nos contenga el abrazo para poder ayudarnos a la luz del Evangelio”.

Finalmente, Darío dice: “el Sínodo tiene la posibilidad de tener una visión más amplia de cada tema, cada proceso, cada cambio que estamos viviendo. Hay algo que consideramos que no debe cambiar y es el sistema de solidaridad entre las iglesias que sostiene el andamiaje institucional, porque más allá de la realidad que vivamos en nuestra comunidad local, tenemos que poder mirar todas las variantes como los cambios sociales, nuestra membresía cada vez más envejecida, el poco compromiso económico de las nuevas generaciones, etcétera. Es importante que miremos las diferencias que tenemos entre los dos países, entre las iglesias rurales y urbanas, bajo la lupa de la solidaridad. No será sencillo, pero confiamos en que será una reflexión profunda y fructífera”.

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