AMOR DE DIOS PADRE Y MADRE
Leemos: Mateo 4: 1-11
El pasaje nos muestra a Jesús pronto a comenzar su ministerio, cuando luego de pasar un tiempo meditando y ayunando en el desierto, es desafiado y tentado por el diablo.
Hoy también somos desafiados y tentados por el diablo, que ahora se llama mercado, consumo, felicidad envasada. Nos desafía a ser ganadores, importantes, poderosos. Nos seduce con la promesa de hacernos felices si seguimos sus consejos. A cambio nos pide que le entreguemos todo nuestro tiempo, nuestro esfuerzo, nuestra vida. Que lo adoremos.
Y entonces, abrumados por la propaganda consumista, gastamos nuestro tiempo y nuestro esfuerzo en tener esa cosa sin la cual la vida no vale la pena, (puede ser un celular, una zapatilla, un electrodoméstico, un viaje, una cirugía estética, no importa). Pero ese objeto cambia constantemente, la tentación sigue con otra cara y esa “felicidad” prometida nunca llega. Lo que sí llega es la frustración, y entonces nos deprimimos, o nos ponemos violentos, o buscamos escapes como la droga, el alcohol…
Jesús nos dice: “No sólo de pan vivirá el hombre”. La vida plena no la lograremos consumiendo bienes, sino alimentando nuestro espíritu. Y el alimento que necesitamos no está en el mercado y es gratuito: Se llama amor. Ese amor que viene de Dios Padre y Madre, si lo dejamos entrar y crecer nos va a colmar, nos va a permitir alcanzar esa plena felicidad que tanto buscamos.
Pero además del mercado consumista, el diablo disfrazado de pastor nos tienta con la felicidad y la vida eterna desde algunos templos o medios masivos de comunicación, exigiendo a cambio el diezmo. Como si la Vida pudiera comprarse. Y Jesús nos dice que sólo debemos adorar al Dios único, ese Dios que nos regala la vida por su gracia y no por lo que aportemos.
Claro que debemos ofrendar, pero en respuesta al amor de nuestro Padre y no negociando nuestra salvación. Lo que Dios nos pide es que amemos en respuesta a Su amor. Que acompañemos, consolemos, ayudemos. Que respetemos lo creado.
Dejémonos tentar solamente por el Maestro que da vida plena, no resistamos a la tentación de amar. Si lo logramos, no habrá oportunidad para otras tentaciones. Podremos decir, como Jesús: “Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás”.
Heladio Tron
Comunidad Valdense de Colonia Belgrano, Santa Fe, Argentina.