Buen viernes apreciada lectora/lector de Pan de Vida. Una vez más compartimos con Uds. pensares y sentires que el texto nos ofrece en gracia y esperanza.
Y en esta oportunidad les invitamos a leer en el evangelio de Mateo el capítulo 5 en sus versículos del 21 al 37. Versículos que son parte del conocido Sermón de la Montaña, pero que no por conocidos pierden vigencia, y si es posible, impacto en nuestras vidas.
He leído estos versículos muchas veces, ya sea porque era el texto de la reflexión diaria, como parte de las lecturas de un domingo, para compartir en un estudio bíblico, como desafío de un mensaje para un culto dominical, y no solo que no me deja indiferente sino que me complica la vida, como decimos comúnmente. Tal vez también a Uds. les pase algo similar. Son esos trozos de la Biblia que no podemos “atrapar” en nuestras racionalidades y discursos, no los podemos “adaptar” a nuestras necesidades o expectativas. Se nos escurren entre las manos como el agua buscando cauces nuevos y nos deja inquietos/as hasta temorosas/os en nuestras fragilidades. Porque hablan de lo profundamente cotidiano y cercano y hasta repetitivo que esas realidades dolorosas e injustas están presentes en nuestras vidas, en las comunidades de fe, en la sociedad en las que hemos crecido y sido educadas/os. Nos deja el paladar con un gusto amargo como amarga convertimos a diario la vida de miles y miles de personas.
Jesús habla de lo que vive y ve.
¿Qué vive y ve Jesús? ¿Parecía que matar era/es moneda permitida?, la ira que no necesita expresarse en palabras sino en acciones, lo que enoja y produce miedo de les otres, esos espejos, hay que matarlos, hay que hacerlos desaparecer para que no contaminen las seguridades ni muestren los odios irracionales que se ocultan. Y los odios se disfrazan de ofrendas y lo peor es que les creemos. Moneda corriente en aquellos tiempos la relación profundamente desigual de mujeres y varones. Lo que hoy llamamos violencia de género, los enojos y femicidios, los abusos de poder, los privilegios que conllevan los abusos de poder. Y Jesús dirige su mirada a la palabra, la palabra de los humanos que permita una comunidad de iguales. En estos últimos meses las sociedades de nuestros países han sido inundadas de palabras. Y una vez más que se vuelvan promesas vívidas recaerá en las ciudadanías.
Mateo toma las palabras de Jesús para hablar a su comunidad, para intentar modificar lo que se ha hecho norma y regla de vida. Y aquí nosotres a siglos de “civilización” en nuestras manos este texto, que me cuesta tocarle porque su dolor de siglos me habla de su parecería incambiable humanidad y de mi responsabilidad y mi pobre compromiso.
Cuando estoy cerca del desánimo voy nuevamente al texto. Vuelvo a leerlo y me encuentro con la esperanza de la gracia, puro regalo, sólo regalo. Sólo dos palabras que nos pueden iluminar el día: ANTES …AHORA…
Fíjense que no dice ANTES…DESPUÉS… dice ANTES…AHORA.
Y me dijo AHORA Sí, es tiempo de oportunidades, AHORA Sí es tiempo de continuar la caminata, AHORA Sí volver a escuchar el llamado de ese Dios/Diosa que hace nuevas todas las cosas en su misericordia y amor, AHORA Sí el día amanece. Amén
Pastora emérita Blanca Armand Pilón