Leemos en nuestra Biblia: Mateo 16:21-28
Estamos frente al triple anuncio de la pasión de Jesús. Este relato es el primero de dichos anuncios, cuando Jesús comienza a transitar de manera anticipada el escenario para cuando Él ya no esté más físicamente entre los suyos. Los discípulos (y las discípulas) deben prepararse para la misión sin el Jesús humano, por ello Jesús les va confrontando con la cruda realidad del futuro próximo. Pero sus acompañantes aún no están en condiciones de comprender ni de asumir que Jesús pasará por la cruz.
La imaginación apocalíptica sobre el Mesías que predominaba en Israel no contemplaba el sufrimiento del Mesías. Si Pedro y sus condiscípulos/as tenían esto en mente, es lógica la actitud de Pedro al respecto. Pedro quiere preservar la integridad física de Jesús, por eso no quiere viajar a Jerusalén.
Este primer anuncio de la pasión encuentra a Jesús y sus acompañantes en Galilea: un lugar cómodo, conocido, su región natal. En esta región es donde Pedro había reconocido a Jesús como Mesías.
Lo interesante de este relato es imaginarnos cuál concepto de Mesías tenían Pedro y sus condiscípulos/as. Según el texto de hoy, podemos suponer que para ellos el Mesías no debía sufrir, debía preservar su integridad física, tenía que cuidarse y ser cuidado porque su ministerio era demasiado importante como para afrontar riesgos de vida.
Pedro intenta cuidar a Jesús reteniéndolo… pero Jesús no lo entiende así, no lo asume de la misma manera porque para Él lo que más importa es su misión y el compromiso a fondo que lo lleva a jugarse hasta el final. Jesús está en función de la misión de Dios de anunciar y poner en práctica el Reino de Dios y su justicia en medio de su pueblo.
Ser el Mesías, para Jesús, no es una lucha de poder militar o político sino la batalla pacífica por la justicia a favor de las personas más postergadas, discriminadas, consideradas menos importantes y menos influyentes de la sociedad.
Mirando este relato bíblico en tiempos de pandemia podemos preguntarnos: ¿quién cuida a las personas que cuidan? ¿De qué manera cuidamos a quienes cuidan?
Quienes cuidan son instrumentos de Dios al servicio de su pueblo.
Pensando concretamente en las personas que dedican su vida al servicio en los centros de salud, se exponen permanentemente a favor de quienes necesitamos de su asistencia. ¡Cuántas veces esas personas no son oídas ni valoradas!
Este relato bíblico nos vuelve a colocar en el desafío de que la vida en abundancia es jugarse, comprometerse y vencer los miedos que nos paralizan y encierran .
Wilma E. Rommel
Pastora vicepresidenta de la Iglesia Luterana Unida de Argentina y Uruguay