Leemos en nuestras Biblias: Juan 10:1-10
Este texto de Juan presenta en sí mismo diferentes puntos o nudos podríamos decir, que están planteados a través de diferentes figuras: una es el narrador, otra es el pastor, otra es el desconocido, otra es el ladrón y otra figura nombrada es el portero. Todas ellas girando en torno a una situación que se hace referencia muchas veces en la Biblia en general y es el tema del pastor y el rebaño.
Otra vez Jesús habla con la gente a través de una parábola, una narración comparativa de forma didáctica para una mejor comprensión del mensaje de Dios hacia la humanidad. Esta forma de enseñanza va dirigida mayoritariamente a quienes no lograban entender del todo bien el mensaje de Dios, muchas veces a líderes religiosos que predicaban doctrinas que no eran compatibles con la palabra del Padre.
Y justamente uno de los puntos de cuestionamiento de este texto es sobre ‘falsos/as’ líderes/sas. Tomé esto para reflexionar sobre el desafío que implica para nosotros y nosotras poder visualizar tanto las personas como las propuestas llamémosle ‘falsas’, que a diario se nos presentan. A pesar de que el mensaje de Jesús es claro, no es tan fácil poder establecer qué planteos traen mensajes solapados, a veces, que no podemos establecer claramente qué es lo conveniente para nosotros y nosotras. Y conveniente me refiero a aquellas propuestas que el grupo humano pueda confiar en quién o quienes nos guían y que se relacionan con una mejor calidad de vida en comunión con los y las demás en ese gran rebaño. Propuestas que podamos confiar en que de una u otra manera vamos a estar bien, propuestas que no nos dividan sino que nos unan, propuestas que nos acompañen en el camino y que no nos dejen a la deriva. Ojalá podamos comprender juntos y juntas cuáles son las guías o las propuestas que nos mantengan en la confianza, en la tranquilidad, en la fe y en la esperanza.
Que podamos comprender juntos y juntas aquellas propuestas que no nos dividan, que nos acompañen en el camino y que no nos dejen a la deriva.
Fabricia Malán, musicóloga