Conversaciones y lazos con el área italiana de la Iglesia Valdense
La Asamblea Sinodal ha recibido a varias-os hermanas-os fraternales, dos de ellas vienen del área italiana, son Dorothea Müller y Manuela Vinay. Estuvimos conversando con ellas sobre su participación en la LX Asamblea Sinodal Rioplatense.
En primer lugar, dialogamos con Dorothea Müller, que viene en representación de Tavola Valdese.
– ¿Cómo te estás sintiendo en el Sínodo Rioplatense? ¿Cómo surgió la idea de que vengas?
– En realidad, que alguien de la Tavola venga a participar del Sínodo Rioplatense es práctica habitual entre las dos ramas de nuestra Iglesia. En esta ocasión, pedí ocupar ese lugar porque hace mucho tiempo deseaba conocer esta parte de la Iglesia Valdense en el Río de la Plata.
– ¿Encontrás similitudes y diferencias con el área italiana respecto a los temas trabajados?
– Hay muchos temas en común, siendo sincera; uno de ellos es la diaconía. ¿Cuál es la diaconía institucional o, como la llamamos nosotros, la diaconía presente en cada comunidad? Esta discusión entre la diaconía comunitaria y las obras institucionales está aquí y también en el área italiana. Es un desafío interesante seguir preguntándonos cómo hacer para que se reencuentren.
Otro tema similar es la valorización y revalorización del ministerio de quienes que no son pastores-as y hacen otros ministerios en las iglesias. Nosotros evitamos hablar de laicos-as, porque somos todos laicos y laicas. Por eso hablamos de no pastores o de quienes no están inscritos en el rol pastoral, o diaconal.
Además, también un asunto importante a reflexionar son las contribuciones de los miembros-as de la Iglesia para el mantenimiento de la Iglesia. Creo que la mayordomía de las comunidades, los aportes de las ofrendas, tienen los mismos aspectos en ambas áreas de la Iglesia Valdense.
Me da mucha alegría estar acá porque hay aspectos que me hacen sentir en casa. Los temas similares o iguales, pero también hay otros que son muy diferentes, por ejemplo, nuestro culto seguramente es más tradicional, también con los cantos.
Creo que lo más importante de todo es que lo que nos une no es solo el pasado, sino, sobre todo, la esperanza. La esperanza que se basa en la confianza en que Dios nos inspirará para crear una nueva sociedad, sabemos que esta esperanza está fuertemente ligada al tema de la libertad, al regalo de la libertad y esto lo he percibido claramente en estos días de convivencia.
Conversamos también con Manuela Vinay que viene de Italia en representación de Otto Per Mille (OPM).
– ¿Es la primera vez que venís al Río de la Plata?
– Sí, es la primera vez que vengo al Río de la Plata. No está previsto que alguien de OPM venga habitualmente al sínodo de la Iglesia Valdense del Río de la Plata, pero con la Tavola pensamos que es una buena oportunidad para que conozca directamente las obras de la diaconía valdense que sostenemos.
Además, para nosotros -Tavola Valdese- también es importante, somos una única iglesia. Sostenernos, sostener la diaconía valdense-italiana, pero sobre todo es importante conocernos.
Nunca había conocido a tantas personas que me hicieron sentir de inmediato que somos hermanos y hermanas, no solo de la iglesia. Hay aspectos de orígenes, de fe y de esperanza que nos unen.
-¿Pudiste visitar alguna obra?
– Por el momento, solo visitamos el Hogar para Ancianos de aquí, en Jacinto Arauz. Y tuve una hermosa sensación de personas que nos acogieron con alegría, con la voluntad de conocernos y de hablar con nosotras, las invitadas de la casa.
Después tuvimos la oportunidad de hablar con la comisión, con la directora, con las personas que gestionan el hogar. En esta ocasión tuvimos un acercamiento muy bonito, muy importante, no sólo para el presente, sino también en relación al futuro de la colaboración mutua.
Todavía nos falta visitar el Parque El Triángulo, y después la idea es visitar algunas de las obras diacónicas en Uruguay.
– ¿Podrías explicar cómo surgen los fondos del Otto Per Mille?
Claro. El OPM es una parte de las tasas que pagan los contribuyentes en Italia, que la pueden dar al Estado o a una iglesia. Cada año, con la declaración de los ingresos, se puede elegir a quién destinar ese fondo, es decir, se constituye un acuerdo con el Estado, en este caso el Estado italiano, que son de los impuestos que paga la gente, los ciudadanos y ciudadanas.
En la actualidad, hubo un descenso en los aportes destinados a las distintas denominaciones religiosas, que tiene que ver con los efectos de la pandemia, el COVID 19; los impuestos hay que pagarlos igual, pero ha ido más el aporte hacia el Estado.
Esperamos que esto se revierta de alguna manera en los próximos años, pero calculamos que esto continuará así hasta el 2025 por lo menos, hasta allí, nos mantendríamos en descenso. Entonces, eso explica un poco la necesidad de repensar la distribución de los fondos, hay menos para repartir.