Corría el año 2017 cuando la Mesa Valdense de la Iglesia nos convocó al desafío de elaborar una propuesta de programa de capacitación de laicxs, algo que los Sínodos venían solicitando.
-«¿Cuántas personas imaginan que harán este curso? ¿Cuándo debería dar comienzo?», preguntamos.
-“Preparen algo para 20 0 30 participantes para comenzar en marzo del 2018”, nos respondieron.
Con la colaboración de un equipo asesor, consensuamos metodología, dinámica y contenidos. El proyecto fue presentado al Sínodo 2018: “Esfuérzate en la Gracia: Puertas y ventanas abiertas a la Misión”. Y por entonces se abrió la inscripción.
La propuesta era un programa a desarrollar en algo más de un año, de modo intensivo, con un máximo de 30 personas. Cuando en marzo del 18 los inscriptxs eran 103, debimos tomarnos unas semanas para hacer un ajuste a la dinámica. Surgieron entonces de modo espontáneo una suma de voluntades que dio origen al equipo de coordinadores de grupos que acompañó todo el recorrido.
En abril de ese año abrimos la primera puerta y ventana con algo menos de 100 estudiantes, organizados en 9 grupos. El gran número de participantes fue construyendo el ritmo del programa, quedando atrás la dinámica intensiva que habíamos imaginado. Ese ritmo gestado en la práctica misma fue la dinámica que transitamos durante estos algo más de 3 años.
Los espacios grupales fueron transformándose con los años. Pero lo que no cambió fue incentivar y respetar la identidad de la propuesta: ser un espacio en el que compartir y multiplicar conocimientos y saberes desde un espíritu participativo, de construcción colectiva, de inclusión de la diversidad en todos los sentidos.
Es así que partiendo del recupero de memorias de las propias historias de vida y de fe, y pasando por algunos contenidos de historia Valdense, por las teologías que nos han dado y dan identidad. También, por las disciplinas con las que dialoga la teología, por los contenidos bíblicos y algunas herramientas para la lectura e interpretación tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, por los desafíos para la misión en una iglesia en cambio, por la invitación y llamado a la diversidad de ministerios, por el ecumenismo y nuestra identidad ecuménica, hace unos días cerramos esta primera etapa del programa.
62 hermanxs y hermanas en la fe, sin prisa pero sin pausa, decidieron y pudieron aceptar ser parte de y hacer este recorrido. Quienes por distintas circunstancias no pudieron seguir pero hubieran deseado hacerlo, saben que las puertas del Esfuérzate están abiertas para terminar el recorrido.
A todxs nuestra profunda gratitud. Cada grupo de estudio se transformó en todo este tiempo, en una pequeña comunidad.
Esta construcción colectiva fue posible por la generosidad y disposición de muchas personas: autores que escribieron los contenidos de las puertas y ventanas; coordinadores de grupos; asesores que colaboraron en la construcción y monitorearon la propuesta; tutores presbiteriales. Nuestra gratitud a cada unx por el respetuoso y generoso trabajo en equipo.
Nos preparamos ahora para la segunda parte de este recorrido: Puertas y ventanas sobre “Nuestras Prácticas”. El mismo será de carácter optativo, su dinámica y ritmo, diferentes.
Desde el testimonio de quienes vienen haciendo camino en distintas áreas de la práctica comunitaria/eclesial; desde algunas herramientas que nos desafían a seguir creando y recreando contenidos y formas, aspiramos a continuar haciéndonos preguntas y animándonos en nuestras prácticas, renovando la motivación para la misión a la que el Evangelio nos convoca.
Por el camino recorrido y por el que seguiremos recorriendo… por la gracia recibida, los dones compartidos, la esperanza renovada: nuestra gratitud a Dios. ¡Con el deseo que esta experiencia de capacitación colectiva sea para Su sola gloria!
Pra. Claudia Tron
Coordinación Esfuérzate en la Gracia – IEVRP