Greetje van der Veer es la representante de la Tavola Valdese en este LV Sínodo Rioplatense. Desde 1982 vive en Italia, hoy está al frente de las comunidades metodistas de Fermo-Palombaro-Pescar, también es directora del Centro Evangélico de Servicios de Villa San Sebastián. Por otro lado, ejerció como máxima responsable de la Federación Mundial de Mujeres de las Iglesias Metodistas Unidas y de la Federación de Mujeres Evangélicas de Italia.
¿Consideras que hay diferencias entre el sínodo valdense- metodista en Italia y el de aquí?
-Hay diferencias y, por suerte las hay. Esto significa que acá hay una contribución propia y particular de una forma de ser iglesia. Por otro lado, me gusta la alternancia entre sínodo temático y administrativo, esta modalidad que usan aquí la encuentro muy interesante y enriquecedora.
Con respecto a tu trabajo, ¿podrías contarnos sobre la tarea que realizas en tus comunidades y en el Centro Evangélico de Servicios de Villa San Sebastián?
-Para mí no se trata de trabajo porque soy voluntaria, es decir, pongo mi tiempo a disposición. Gran parte de esto va orientado a la atención pastoral de tres pequeños grupos metodistas que están diseminados por la costa adriática, en una realidad de diáspora. También dedico mi tiempo a nivel ecuménico, en este momento soy la presidenta del Consejo de las Iglesias Cristianas Le Marche además de participar en la Tavola Valdese que requiere tiempo y compromiso.
Por otro lado, me desempeño en nuestro Centro Evangélico de Servicio, es un lugar muy pequeño en medio de las montañas en Abruzos. Hasta hace poco realizábamos apoyo escolar con niños y jóvenes del lugar, quienes venían después de la escuela y les dábamos el almuerzo. En un momento debimos reestructurar el local y retomamos el trabajo con talleres de música, enseñándoles diferentes instrumentos.
También estamos trabajando en la lucha contra la violencia hacia la mujer. Nuestra comunidad puso a disposición la casa pastoral para hacer un refugio para mujeres en situación de violencia, aunque todo esto no debe ser muy visible. Recibimos muchos pedidos de ayuda, es un tema urgente.
¿Puedes contarnos alguna experiencia que haya sido significativa, siendo parte de la Federación Mundial de Mujeres de la Iglesia Metodista y de la Federación de Mujeres Evangélicas de Italia?
-Algo que me quedo ’calentito en el corazón’ fue nuestra participación, junto a muchas organizaciones laicas, en la carrera de postas contra la violencia hacia las mujeres. La salida de esta carrera de postas fue en Sicilia, donde sucedió un episodio conocido de violencia hacia una muchacha, hasta otra ciudad lugar donde pasó algo parecido, Brescia.
Luego, como Federación, organizamos un gran encuentro en el senado en Roma buscando hacer más visible la problemática. Esta experiencia nos dio muchas fuerzas para seguir.
Equipo de Prensa Sinodal