Marina Yorston es arteterapeuta, tiene 39 años, mamá de dos nenes (León 3 y Camilo 1 y medio). Marina es Argentina y hace 7 años vive en Uruguay; su comunidad de fe de origen es la Iglesia Evangélica Valdense de Flores, Buenos Aires. Y desde hace unas pocas semanas es la nueva Directora del Hogar Sarandí.
Este hogar que pertenece a la Iglesia Valdense, trabaja desde 1971 brindando alojamiento y atención integral a personas discapacitadas intelectuales y físicas severas.
En entrevista, Marina nos cuenta sobre su postulación al cargo, su período de adaptación y sobre los desafíos a los cuales este rol la enfrentan.
¿Qué te motivó a postularte para este cargo?
-La decisión de postularme me llevó un gran tiempo, pero al momento de presentarme al llamado lo hice con la absoluta certeza de que El Sarandí Hogar Valdense, era el lugar donde quería desarrollar mi tarea y mi vocación de servicio. Puedo decir que en esta etapa de mi vida me siento con la madurez y la solidez suficiente para llevar a cabo esta tarea, dado que, en los últimos tiempos he atravesado momentos personales que me fortalecieron.
Por otro lado, creo que la diaconía es una forma práctica de vivir la fe y el Evangelio con la población más vulnerable. En este sentido, desde que vine a vivir a Uruguay trabajé con discapacidad y descubrí que tengo una fuerte vocación para trabajar con esa población. Eso me colocó en un lugar distinto, en el cual se combinan varios aspectos de mi identidad y fue el puntapié para tomar esta decisión.
¿Cómo estás viviendo el período de adaptación?
-Me siento muy cómoda, muy acompañada por los residentes, funcionarios , miembros de la Comisión Directiva y Alma Malán (ex-Directora del Hogar). Cada uno desde su lugar está haciendo su aporte. En este momento estamos, con Alma, realizando un período de transición que durará hasta el 31 de diciembre. Este proceso ha resultado muy enriquecedor para mí. Algunos días trabajamos de manera presencial y otros, virtual, pero todos los días ponemos en común lo realizado.
Alma hace que este tiempo de transición sea armonioso, ya que me comparte su experiencia y conocimiento.
¿Qué desafíos encontrás?
-Hay desafíos cotidianos y otros a largo plazo.
Esta obra diacónica es un ministerio y uno de los desafíos más relevantes que encuentro es continuar marcando la presencia de la Iglesia Valdense dentro del Hogar. Mantener encendida nuestra impronta como iglesia y nuestra perspectiva de servicio, como lo ha sido hasta ahora.
Otro de los grandes desafíos es visibilizar, desde nuestro lugar, las necesidades de la población con discapacidad y bregar por el cumplimiento de sus derechos.
Estoy muy agradecida por esta oportunidad en este momento de mi vida y espero poder acompañar a todos y todas dentro del Hogar.
Entrevista por Verónica Biech
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