Experiencias históricas que nos permiten repensar el significado de discernir y confesar en nuestro tiempo

 

En el año en el que se conmemoran los 90 años de la Declaración Teológica de Barmen y los 20 años de la Confesión de Accra, se desarrolló el coloquio internacional “Discernir y Confesar Hoy” organizado por la Fundación Red Ecuménica de Educación Teológica (REET), entre el 23 y 25 de agosto en Casa Nazaret, Buenos Aires.

 

Este coloquio tuvo una serie de conferencias de teólogos, teólogas y pensadores-as de Estados Unidos, Canadá, Alemania, Cuba, Costa Rica, Brasil y Argentina, en modalidad híbrida, es decir, algunas de manera presencial y otras virtuales. La ponencia principal estuvo a cargo del secretario general de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR), Rev. Dr. Hans Lessing.

 

Fue un evento ecuménico muy importante que reunió a más de 50 personas de Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile, Brasil; una oportunidad de encuentro de distintas denominaciones, no solo las que integran la REET. La delegación de la Iglesia Evangélica Valdense del Río de la Plata estuvo conformada por siete personas.

 

El tema fue sumamente motivador y, sin duda, representa un hito para la Fundación REET, ya que es el primer coloquio de esta naturaleza que se realiza. Si bien hubo otros intentos a través de plataformas virtuales, esta es la primera vez que se realiza un coloquio en forma presencial, y eso le da a la conferencia una riqueza y una posibilidad de intercambio infinitamente mayor. Las reflexiones del grupo y las opiniones y saberes compartidos provocan un crecimiento comunitario de pensamiento y, por supuesto, también los espacios devocionales, de adoración, de oración, son fundamentales para fortalecer nuestra fe y nuestra esperanza en tiempos oscuros, donde tenemos que hacer que la luz brille de manera particularmente intensa y fuerte para nuestras vidas, para nuestras comunidades.

 

Entonces, fue una oportunidad para reflexionar juntos y juntas sobre qué significa discernir y confesar hoy a la luz de las experiencias históricas, tanto la Declaración Teológica de Barmen, expresada en 1934, en medio del auge del nazismo en Alemania, como la confesión de Accra del 2004, en medio de una crisis ecológica y social mundial. 

 

Ambos ejemplos nos ayudan y nos inspiran, nos iluminan para que hoy también, como iglesias, podamos reflexionar, declarar y confesar nuestra fe y sus implicancias ante una situación mundial, social, ecológica y cultural, que evidentemente nos desafía y que pone en cuestionamiento las bases mismas de nuestra fe. 

 

Si permanecemos callados ante las injusticias y horrores de este mundo, si no nos animamos a levantar nuestra voz profética denunciando el atropello a la vida del planeta y quienes lo habitan, nuestra misma fe se degrada, se comienza a mimetizar con los cultos idolátricos dominantes en este tiempo, el culto al dios dinero, que provoca infinitas muertes, dolores y destrucción en este mundo.

 

Marcelo Nicolau

Pastor y Moderador de la IEVRP

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