Vamos transitando el final de este año para encontrarnos con el 2024…y estas palabras resuenan con un recordatorio profundo y esperanzador. “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.” (Isaías 43:18-19)
En la transición de un año a otro, recordamos que servimos a un Dios madre y padre que es hacedor de lo nuevo. Pero, ¡cuidado! este llamado no es un desprecio por nuestra historia, sino una invitación a liberarnos de las cadenas de lo que fue y abrir nuestros corazones a lo que está por venir. No importa cuántos desiertos hayamos atravesado o cuán solitarios hayan sido nuestros caminos; Dios se revela como el arquitecto de caminos renovados y ríos en lugares aparentemente desolados.
¡Que profunda invitación a reflexionar sobre la misericordia constante de Dios, un regalo renovado que nos concede cada día! A pesar de los desafíos y las pruebas del año que se va, aquí estamos, testigos de la fidelidad inquebrantable de nuestro Dios madre y padre.
Al mirar hacia adelante, recibimos la promesa de que cada mañana trae consigo una nueva oportunidad. Un nuevo día significa nuevas bendiciones, nuevas experiencias y nuevas demostraciones del amor eterno de Dios.
¡Que tengamos la valentía de soltar lo que queda atrás y abracemos con expectación lo que está por delante. Confiemos en que Dios está escribiendo una historia nueva para cada uno-a de nosotros-as, llena de propósito, renovación y la gracia de su amor inagotable!
Que cada día sea una recordatorio de su amor constante. Que Dios nos guíe y fortalezca. ¡Feliz Año Nuevo!
Secretaría de Comunicaciones IEVRP (VB)