La experiencia sinodal italiana en primera persona

Entre los días 25 y 30 de agosto se llevó a cabo el Sínodo Italiano, en Torre Pellice. Como todos los años nuestra Iglesia Valdense del Río de la Plata participa de manera activa siendo representada por una persona que integra la Mesa Valdense; en esta oportunidad, el delegado del área rioplatense fue Brian Tron y, en los párrafos siguientes, comparte los aspectos que le resultaron más interesantes de la experiencia.

Bien sabemos que la Iglesia Evangélica Valdense es una sola, está organizada en dos áreas con sus respectivas asambleas sinodales, la rioplatense y la italiana. Al ser una sola iglesia, es fundamental mantener relaciones estrechas entre ambos continentes. 

La iglesia en Italia es mucho más numerosa que en el Río de la Plata, desde el año 1975, el área italiana está unida a la Iglesia Metodista. Ambos sínodos tienen la misma estructura, pero funcionan con formatos distintos, justamente debido a la cantidad de personas que representan a las iglesias locales y al cuerpo pastoral. Proporcionalmente el sínodo italiano es tres veces mayor al rioplatense. 

Este año uno de los temas más discutidos fue el de los conflictos armados en el mundo, con especial atención a la violencia hacia el pueblo y territorio palestino. La diaconía ocupa un lugar importante también en la vida de la iglesia. Las obras de servicio son varias, distribuidas prácticamente por todo el país, acentuándose la tarea en áreas de atención a refugiados y migrantes. En este sentido se aprobaron actos sensibles de la agenda pública y social referentes a derechos, ciudadanía y solidaridad.

Los ámbitos de discusión de las temáticas abordadas durante la asamblea sinodal son previos y llegan ya tratados por la Comisión de Examen, y si bien existen reacciones y/o debates, se dan con base en las propuestas de acto planteadas por dicha comisión. 

Las diferencias entre ambos sínodos pueden ser, en principio, grandes, sobre todo a nivel estructural, pero a nivel resolutivo son iguales. Una de las cosas que me llamó gratamente la atención es la presentación de las listas con los nombres de las personas a cubrir cargos y un breve curriculum personal. Esto ayuda y orienta a quienes tienen que votar. El recinto en el que se desarrolla el sínodo (llamado aula sinodal) está pensado solo para quienes tienen voto, las personas invitadas y participantes con voz se ubican en un balcón superior perimetral.

A nivel personal, la participación en instancias como estas tienen un valor sentimental que es difícil de transmitir, toca las fibras más íntimas de uno y lo remonta a los tiempos de nuestros antepasados. En mi saludo a la asamblea sinodal use un término muy nuestro… “se me pianta un lagrimón”. Y realmente es así. Uno se conmueve y desea que todos en algún momento tengamos la posibilidad de poder compartir estas instancias y ser parte de una iglesia que está presente en dos continentes, con realidades y necesidades muy distintas pero tan vigentes. 

Capítulo especial para los actos y todo lo referido a los 850 años del Movimiento Valdense. Desde una jornada de reflexión teológica hasta un sello postal conmemorativo, láminas interactivas, álbum de figuritas y muchos elementos recordatorios. 

Sin dudas un sínodo muy especial, en un año muy particular.

Brian Tron
Integrante de Mesa Valdense
López, Santa Fe

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