María Magdalena fue a dar la noticia a los discípulos. «¡He visto al Señor!», exclamaba, y les contaba lo que él le había dicho. Juan 20.18 (NVI)
Cuando más oscura es la noche, más luminoso parece el amanecer. Cuando más profunda la desesperanza, más emotivo el renacimiento de un nuevo horizonte. La Pascua es una sorpresa que estalla en alegría. Es vida que rebrota entre los escombros de la muerte. Es energía exultante que rompe todos los dictámenes de la lógica y desafía la racionalidad. Es vida que desborda y no se puede contener, que impulsa a correr, a saltar, a gritar, liberando la vida de toda rabia, angustia y dolor, porque la vida venció, porque las tinieblas se diluyen, como la niebla con el sol.
¿Qué dice esta loca? habrán pensado los discípulos. ¿Qué van a decir de mi? habrá pensado María Magdalena. Pero nada detiene la buena nueva, que como un viento fuerte barre las hojas de otoño, y las hace volar como mensajes que llegan a las ventanas, que se cuelan por las puertas, que se arremolinan en las chimeneas y hacen sentir al sufriente que lo nuevo ha llegado, que hay esperanza, que Él está vivo, que se llama Jesús y que nos convoca a su Reino de amor. No hay tiempo que perder. ¡Es hora de contar que Jesús camina a nuestro lado!
Marcelo Nicolau
Moderador MV