Leemos en nuestras Biblias: Mateo 9:9-13 y 18-26.
Tres situaciones, tres actitudes de Jesús, tres destinatarios a responder. La primera: cuando se sienta a la mesa con Mateo y otros personajes, que probablemente hayan presionado a la comunidad con el cobro de impuestos ; y algunos usureros. Esa reunión es cuestionada por quienes se sentían “puros” porque cumplían lo que dictaba La ley, permaneciendo ajenos a la realidad en general. Jesús responde esos cuestionamientos con simpleza, acudiendo al profeta Amós (6:6): “quiero que demuestren amor, no que ofrezcan sacrificios. Más que ofrendas quemadas, quiero que me conozcan”. Entendemos que con esa respuesta estaba repudiando la religiosidad individualista, sin compromiso social. Aquí podemos apreciar su gesto evangelizador a través de dicotomías como enfermo-curador, enfermedad-sanación, individualismo-colectivismo, egoísmo-generosidad.
En el segundo caso, aparece una persona muy importante del mundo religioso, que tomaba decisiones sustanciales en la sinagoga. Seguramente Jesús lo conocía (“un tal Jairo”, dicen Marcos y Lucas). Quizás acude desesperado porque probablemente haya estado más de acuerdo con los que lo cuestionaron en el escenario anterior (vs. 9-13), pero interpretamos que Jesús lo siente como una oportunidad de mostrar el amor de su Padre, salvando a la niña de la muerte.
Por último, lo de esta mujer que aparece «como al pasar», que guarda una riqueza en el texto como para una interpretación muy extensa. Sintetizando podemos destacar la valentía, por el lugar secundario de la mujer en la sociedad, por ser despreciada y marginada por su padecimiento (la menstruación permanente la convertía en «impura») y su fe, por la que en definitiva Jesús la sana, reintegrándola de esta manera a la comunidad que la había expulsado.
¿Hacia dónde conducen estás enseñanzas? ¿ Qué nos muestra Jesús a través de sus acciones? Además de mostrarnos que no sirve la palabra vacía si es contradictoria y no se acompaña de gestos coherentes concretos, es un Maestro que nos habla con hechos para decirnos que no importa el origen, la posición social, la opinión de los líderes religiosos, la actividad en muchos casos despreciada por la comunidad: Jesús nos ofrece a todos y todas la oportunidad de sumarnos al proyecto de Dios, sintetizado en el amor al prójimo. Eso es un mensaje encarnado, hecho testimonio , amplio y valiente. Creemos que Dios así nos quiere ver viviendo y siendo.
En todo tiempo histórico, pidamos sabiduría y valor para que no cesemos en la lucha por
escucharlo en nuestro pensar, decir y hacer.
Dardo Zanuttini
Comunidad Valdense de Reconquista, Argentina – Egresado de la capacitación para laicos y laicas de la Iglesia Valdense: “Esfuérzate en la Gracia”.