Lee en tu Biblia: Juan 18:33-37
“Mi reino no es de este mundo. Si lo fuera, tendría gente a mi servicio que pelearía para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de aquí.”
Jesús es claro, Pilato nada tiene que temer, o sí. Las cosas no solo parecen, son distintas, solo que nos cuesta estar del lado de los perdedores, de los sin poder, de aquellos que creen y piensan que no todo se consigue o conquista haciendo uso de la fuerza, del poder. Cuando Jesús habla de conversión, habla de comprender, de elegir en libertad, de optar por su Reino, ese que no es de este mundo, y no lo es porque se construye desde el amor y el servicio mutuo.
Ya se lo había tenido que dejar claro a sus propios discípulos cuando estaban en disputas sobre quién de ellos era el más importante. Allí también fue contundente: “entre los paganos hay jefes que se creen con derecho a gobernar con tiranía a sus súbditos, y hacen sentir su autoridad sobre ellos. Pero entre ustedes no será así. Al contrario, el que quiera ser grande entre ustedes, deberá servir a los demás.” Mc.10:42-43
Jesús no es rey al estilo que Pilato puede imaginar. No pretende ocupar el trono de Israel ni disputar el poder imperial romano de Tiberio. Jesús no pertenece a ese sistema en el que se mueve el prefecto de Roma, sostenido por la injusticia y la mentira, ni se apoya en la fuerza de las armas y la economía para someter. Tiene un fundamento completamente diferente, su Reino viene del amor de Dios al mundo.
Jesús es un rey diferente, y ahí está: en lugar de corona de oro es de espinas, viste con manto púrpura y lleva sus pies desnudos. Su poder es el amor compartido, la verdad genuina y la justicia que incluye. La forma de ejecutar este poder es sirviendo a los demás, entregándose sin condiciones, de forma especial a los más necesitados y marginados. Podríamos decir que Jesús es un anti rey, su reino no es de este mundo.
El desafío que nos llega como sus discípulos, como miembros de su iglesia en el mundo, es ser semilla de su reino, de sus valores, de su forma de construir comunidad a partir de cuidado y amor mutuo. Parece un sueño inalcanzable, y sin embargo cada vez que vivimos esa hermandad, se hace realidad.
Pastor Sergio Bertinat