A 502 años de la Reforma continuamos revisando nuestras prácticas, buscando formas de ser iglesia inspiradas en el Evangelio de amor, de vida plena y de justicia para todos y todas.
Las iglesias de la familia reformada, incluida la Iglesia Valdense confesamos que:
“…Rechazamos toda forma de injusticia que destruya las relaciones justas – (por causa de) género, raza, clase, discapacidad o casta. Rechazamos toda teología que afirme que los intereses humanos se imponen a la naturaleza.
Creemos que Dios nos llama a escuchar el clamor de los pobres y el gemido de toda la creación y a ser seguidores en la misión pública de Jesucristo que vino para que todos tengan vida y la tengan en plenitud (Jn 10:10). Jesús trae justicia al oprimido y da pan al hambriento; libera al preso y devuelve la vista al ciego (Lc 4:18); él apoya y protege a los humillados, al extranjero, al huérfano y a la viuda.
Por esto rechazamos todas las prácticas o enseñanzas de la iglesia que excluyan de su misión a los pobres y el cuidado de la creación y acomoden a aquellos que vinieron a «hurtar, matar y destruir» (Jn 10:10), en vez de seguir al «Buen Pastor» que vino a dar la vida por todos (Jn 10:11).
Creemos que Dios convoca a hombres, mujeres y niños de todos los lugares, a ricos y pobres, a elevar la unidad de la iglesia y su misión, de tal manera que la reconciliación a la cual Cristo nos llama, pueda hacerse visible.
Por esto rechazamos todo intento que se produzca en la vida de la iglesia de separar la justicia y la unidad.
Creemos que estamos llamados en el Espíritu a rendir cuentas de la esperanza que hay en nosotros mediante Jesucristo y a creer que la justicia prevalecerá y la paz reinará.
Nos comprometemos a buscar un pacto mundial para la justicia en la economía y sobre la tierra en la casa de Dios.
Confesamos humildemente esta esperanza, sabiendo que nosotros también nos sometemos al juicio de la justicia de Dios.” 1
Que podamos continuar inspirándonos y haciendo de estas afirmaciones, nuestra confesión de fe.
Comprometidas y comprometidos a amar al prójimo, a la prójima, reformando, protestando hoy por las causas que volveríamos a insistir, a predicar y a obrar cada vez que hiciera falta, tal como lo hicieron nuestros antepasados reformadores, soñando con una vida más plena y una mesa de comunión e donde todos quepan. Especialmente en estas semanas de decisiones importantes para nuestros países, oremos por nuestros gobiernos, por nuestras democracias y por quienes más sufren la violencia y la injusticia.
Cuidemos la paz que nos llega de Cristo, paz que solo perdura basada en la justicia.
Carola Tron
Moderadora Mesa Valdense
1 Confesión de ACCRA Firmada en la Asamblea General de la Alianza Reformada Mundial, 2004. Puedes leer el documento completo en: http://wcrc.ch/es/accra/la-confesion-de-accra
Que así sea. Saludos en Cristo Jesús desde La Coruña