Leemos en nuestra Biblia Mateo 25: 1 – 13.
Leemos el texto, seguramente no por primera vez, en este tiempo el cual me gusta llamar en clave de fe cristiana como un ‘mientras tanto’, y, a su vez para caracterizarlo brevemente encontramos:
Que hay una pandemia que complica todo. Hay muchas preguntas, hay perspectivas de las personas que se ponen en jaque; desorientaciones varias, temores varios (no todo achacable a la pandemia, ya que algunos de ellos vienen de antes y en parte ayudan como causa de la misma, para mencionar algo, la desastrosa crisis ambiental).
…Como decía, reflexionamos desde la fe – que es esperanza y confianza en Dios ¡claro, pero no es nada sencillo porque la «cosa» se está demorando…es decir, el Reino.
No sé si en el tiempo en que escribió Mateo había alguna pandemia, pero seguro que su ‘mientras tanto’ no tiene muchas diferencias con el nuestro. Parece que los seguidores y las seguidoras de Jesús – recién comenzando el movimiento – ya estaban apuradas y apurados para que se concretara aquello prometido del Reino de los cielos como dice Mateo o bien el Reino de Dios o la nueva venida de Jesús mismo.
¡Y cómo se demoraba, según sus ganas y tiempos! Tal vez para orientar y serenar la espera es que Mateo, de varias maneras, como en este relato, trata de decirles (decirnos) algo tan sencillo y claro como que el tiempo –kairós- de Dios no es el mismo que el del ser humano, aunque lo contenga y acompañe; que hay que ser pacientes activamente y custodiar la esperanza.
Velar esa es la consigna, o sea, actuar/hacer/vivir como si fuese a suceder mañana eso del Reino. Pero no hacer de esa espera una causa de vida que opaque el compromiso cotidiano de poner en práctica el evangelio de Jesús. “La parábola en Mateo se refiere a militantes cristianas y cristianos, a normales seguidoras y seguidores de Jesús que deben perseverar en aquello que hacen y en aquello que son, hasta que Jesús regrese, sin importar cuán largo sea ese retraso; quienes permanezcan, dice, serán salvados, Mt. 25,13”
Ah, y no debemos olvidar que mientras esa manera de vivir el ‘mientras tanto’ va marchando se suceden las fiestas, como preámbulos/primicias de la FIESTA.
Dice un hermano: «Dios nos invita a celebrar, vamos ya ¡una fiesta en la que todos puedan hoy estar! Él nos invita, sépanlo cuando van. ¿Qué esperamos? ¿Por qué no vamos? Llamen a los y las demás.”
( Canto y Fe N.º 336)
Con mucho cariño,
Pastor Emérito Ariel Charbonnier