A continuación, compartimos testimonios de personas que integraron las diferentes áreas en las que se organizó el trabajo sinodal.
“Trabajamos según los despachos de la Comisión de Examen y Fiscal, dialogamos sobre algunas cuestiones relacionadas a las obras de servicio, puesto que la mayoría tienen algunos problemas en las finanzas. También nos hicimos eco del informe de la Comisión Fiscal cuando habla de renovar las estructuras y trabajar con las comisiones en cuanto al estado financiero presentado por la Mesa Valdense. Por otro lado, también conversamos sobre el presupuesto del ejercicio 22/23 y surgió uno de los grandes temas como lo son las cuotas por presbiterios, sobre todo el caso del debilitamiento del Presbiterio Norte Uruguayo que hizo un gran esfuerzo en el aporte del año pasado. En este sentido, en el área consensuamos que se acompañe a este presbiterio para que pueda crecer o por lo menos no continuar debilitándose.
Respecto de las tres preguntas que la Comisión de Examen nos invitó a pensar (¿Cómo trabajar la sustentabilidad- sostenibilidad de la IEVRP? ¿Cómo no limitar y acortar la ofrenda al pago de la cuota? ¿Cómo caminar hacia la comprensión y ejercicio de la ofrenda como gratitud a Dios?) entendemos que hay que trabajar en las comunidades esos temas y explicar la estructura de la IEVRP que es de donde salen los costos por presbiterios, creemos que es importante que todas las comunidades tengan en claro ese tema”.
Rodolfo Barolín, integrante del área Mayordomía
«Los principales temas que se abordaron tienen que ver con el fortalecimiento comunitario, con poder pensar cómo estamos planificando, con qué herramientas contamos, qué cosas queremos y qué cosas realmente podemos hacer. Además, durante la jornada nos preguntamos como Iglesia Valdense, qué queremos hacer, con quiénes y qué sentido tienen. Otro de los temas que dialogamos fue capacitación, porque en la IEVRP seguimos realizando ese ejercicio y tenemos el desafío de crear estrategias para ver cómo volcamos esas formaciones y dones que se nos van revelando en las comunidades, grupos y en los espacios de servicios de la iglesia. Por último, hablamos en relación a los y las jóvenes, intentando pensar por qué no hay jóvenes en nuestras comunidades, incluso yendo más allá: qué sentido tiene tener jóvenes en la iglesia. Hacernos esas preguntas nos ayudan a pensar cómo debemos trabajar para que los y las adolescentes y jóvenes puedan habitar los espacios de las iglesias”.
Joaquín Peña Zangaro, Vida de Fe- Fortalecimiento Comunitario
“Trabajamos sobre fortalecimiento institucional y el desafío fue pensar los diversos temas desde esa perspectiva, intentando tomar decisiones en la línea de consolidar la institucionalidad de la Iglesia Valdense del Río de la Plata. Uno de los ejes importantes fue comunicaciones, que es una cuestión que desde hace mucho tiempo está sobre la mesa, pero en estas últimas etapas y a la luz de los desafíos de la sociedad actual, se volvió necesario poder definir una política comunicacional y una secretaría de comunicaciones. Los diálogos se centraron en acompasar aquello que tiene un carácter más rioplatense con experiencias a nivel presbiterial y local. Tenemos el desafío de pensar cómo llegamos a las personas, cómo lo hacemos para que las personas se sientan informadas y que también sientan que aportan al proceso de formación a través de la comunicación. Otra de las cosas importantes e interesantes es ver cómo se viene afianzando una red de educación teológica, es una experiencia nueva para un tiempo nuevo; de alguna forma, cómo pensamos en términos institucionales en los esfuerzos de articulación e integración de los recursos humanos y económicos para saber dónde ponemos el énfasis en esa tarea de formación que tienen distintas tareas porque responder a necesidades distintas. En la etapa final trabajamos sobre los vínculos a nivel ecuménico, tanto con el área europea como con organismos latinoamericanos e internacionales y también el trabajo en el norte argentino; en este sentido, dialogamos sobre la necesidad de reafirmar esa presencia. Además, conversamos sobre la necesidad de darle continuidad y difusión al protocolo de acción ante situaciones de violencia de género y generaciones para que las comunidades se puedan apropiar en términos más intensos sobre. Es necesario acompañarlo con un proceso de sensibilización porque esta problemática atraviesa la sociedad y la iglesia no escapa de esta realidad”.
Juanita Bertinat, Desarrollo Institucional
“Estuvimos considerando un trabajo realizado previamente designado para remodelar y reorientar el trabajo diacónico. En este sentido, consideramos los documentos, el informe de la mesa, la resolución sinodal del año pasado que mandataba a la mesa a trabajar en esta área. Estuvimos dialogando sobre la centralidad de la diaconía, es decir, en ese caminar con el otro-a, reflexionando cuán valioso es para nuestra iglesia y a la vez algunas paradojas que se presentan, por ejemplo, la representación de las obras de servicios diacónicas en las asambleas que tienen voz, pero no voto. Estuvimos trabajando en el documento de trabajo propuesto por una comisión ad hoc, con la intención de reconvertir algunas líneas, sabiendo que lo esencial de la misión es la diaconía. Además, entendiendo que hay diversos tipos, como la diaconía comunitaria, aquellas obras de servicio con fuertes elementos institucionales. Otro aspecto muy interesante sobre el cual reflexionamos tiene que ver con algunas obras diacónicas que están muy orientadas a trabajar con personas que son valdenses, por ejemplo, el Hogar de Colonia Valdense, y aquellas otras obras que están institucionalizadas también, pero que implican un relacionamiento importante con la sociedad. El debate fue muy interesante”.
Alba Negrín, Diaconía