Leemos en nuestras Biblias: Mateo 13:24-30, 36-43.
La parábola y la alegoría hablan, de cierta manera, de esta forma de ser que podríamos definir como una lucha permanente de intereses. Uno podría preguntarse acerca de estos intereses, y es aquí donde buena parte de nuestra vida radica: descubrir los intereses que nos impulsan diariamente. Fíjense como queda armada la parábola en Mateo y verán parte de este razonamiento en acción. Por ejemplo:
- Propietario del campo vs. su adversario.
- Tiempo presente en siembra vs. El tiempo futuro en la cosecha.
- Granero donde juntar trigo vs. El fuego donde consumir el resto.
- Impaciencia de los servidores vs. La paciencia del dueño.
La gran limitación de esta parábola y su consecuente alegoría es casi obvia, pero es bueno decirlo. El trigo y la cizaña no pueden dejar de ser lo que son, pero hijas e hijos del maligno pueden dejar de serlo, así como las hijas y los hijos de Dios pueden dejar de serlo por voluntad y elección. Aquí siempre hay posibilidad de seguir el proceso de cambio.
Quienes viven su fidelidad a Cristo sabrán de su bendición y también del padecimiento junto a Él pero, a diferencia de lo que se disfruta y padece a diario, vos sabrás que el Señor te acompaña y te sostiene desde el valor agregado de la fe, que es la comunidad de creyentes. Esa familia que es parte de tu diario andar.
Y es justamente en esa comunidad de fe de la que formas parte, donde sabemos con certeza que, a pesar de nuestras imperfecciones y decisiones no siempre acertadas, Dios es paciente y espera con certeza y convicción, que el Espíritu Santo haga su obra en medio nuestro para el momento oportuno de la cosecha. Ese tiempo también lo esperamos con gratitud y trabajo. Amén.
Pastor Leo Félix
Iglesia Evangélica Metodista de Almagro CABA