Leemos en nuestras Biblias: Juan 16: 12- 15
Nos encontramos en el momento que Jesús se despide de sus discípulos, es el instante que nadie quería que llegara.
No es fácil despedirse de personas importantes de nuestra vida que nos conocen, comprenden y brindan su amistad. Pero, en esta despedida Jesús nos deja claro que siempre estará a nuestro lado, que no nos soltará la mano pues Dios es quien nos acompañará.
La presencia de Jesús estará a través del Espíritu, ese Espíritu que estará siempre, nos mostrará el verdadero camino a seguir, guiará nuestros pasos y encaminará nuestra vida por la senda del bien con el amor de nuestro Señor.
Es el Espíritu de Dios el que nos da la vida, nos empuja con ánimo y nos brinda la fuerza necesaria para salir victoriosos de cada problema.
Debemos tener presente que Dios no nos abandona en medio de las dificultades, Dios nos promete por medio de su hijo amado, que siempre estará para sostenernos, para alentarnos, para cuidarnos.
En medio de las incertidumbres que se nos presentan de forma diaria, en medio de las preocupaciones que tenemos, Dios estará con nosotros, nunca nos dejará solos, sentiremos su presencia de una forma u otra. Aunque nos cueste reconocer y conocer la ayuda de Dios, él obrará en cada momento que lo necesitemos, por medio de personas que podemos conocer o no.
Por lo tanto, estemos dispuestos y dispuestas, atentos y atentas a llevar a cada hermano/a, amigo/a, vecino/a, y a personas que por distinto motivo estén junto a nosotros y nosotras, una palabra de aliento, de compañía, de consuelo, para que cada uno y una sienta la obra del Espíritu Santo. De esa manera el Espíritu Santo obrará a través de y en nosotros y nosotras.
Recordemos, como dice la canción: “Dios está aquí, tan cierto como el aire que respiro, tan cierto como la mañana se levanta el sol…”
Liliana Rochón
Miembro de la comunidad Valdense de Paysandú, Uruguay.