JESÚS DEPURA EL TEMPLO

Lee en tu Biblia el Evangelio de Juan 2:13-22.

El episodio tiene lugar en la amplia plaza pública de Jerusalén donde estaba el templo. En el entorno del mismo tenía lugar una gran actividad comercial, relacionada con el culto judío, especialmente para las grandes festividades anuales, como era la Pascua.

Puntos relevantes del episodio:

Acción de Jesús. Se describe en los versos 14 al 16. Con plena autoridad expulsa a los comerciantes de la zona del templo por el hecho de que la habían transformado en un centro comercial con la complicidad de las autoridades religiosas que recibían beneficios económicos bajo el carácter de impuestos para el templo. Comerciantes, sectores del pueblo y las autoridades religiosas formaban lo que hoy identificamos como el “grupo de intereses creados.” Todos son enérgicamente amonestados por Jesús: “No hagan un mercado de la casa de mi Padre.”

Reacción de las autoridades. Con manifiesto odio increpan a Jesús pidiéndole una muestra, un signo de su autoridad que justificara la acción realizada. Lejos de creer que Jesús era el Hijo enviado de Dios, intentan ponerle una trampa: “Muéstranos tu autoridad con un milagro.” Aparte de la mala intención están confesando la incapacidad de creer sin que mediara un milagro, el signo es dado por una autoridad, la de Jesús y a la vez es un anuncio de un hecho que se cumplirá en el momento dado. Recibirán de parte de Jesús una respuesta inesperada que los desconcierta.

Interpelación de Jesús. “Destruyan este templo y en tres días volveré a levantarlo.” (verso 19). El propio relato evangélico prosigue con la explicación de que Jesús estaba hablando figuradamente de su persona, el nuevo templo de Dios para la humanidad. Con la ejecución a Jesús el viernes santo, las autoridades judías destruyeron ese nuevo templo, pero fue levantado nuevamente a los tres días, el domingo de la Resurrección. La muerte y resurrección de Jesús indican a la vez, el fin del culto antiguo y el templo material de Jerusalén. A partir de allí, el nuevo templo, la sede del encuentro de Dios con los seres humanos será la persona de Jesús y el lugar físico de ese encuentro será en cualquier lugar.

Nuestra respuesta. Al trasladar el episodio a nuestro escenario del siglo 21, corresponde dar respuestas a los siguientes interrogantes: ¿Reconocemos la necesidad de que Jesús “limpie” nuestras vidas de todo lo que es contrario a su Evangelio? ¿Creemos que Jesús es el nuevo e imprescindible templo para nuestro encuentro con Dios?

Delmo Rostan, Pastor emérito

Publicado en Reflexiones - Pan de Vida.

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