Con mucho entusiasmo, comenzamos la preparación del DMO 2021, en Dolores, Uruguay.
Luego de averiguar datos sobre el país donde se preparó la liturgia, pudimos comenzar a interiorizarnos sobre la historia, geografía, música y forma de vida de la República de Vanuatu.
Sobre una tela amarilla, recordando la arena de las playas, colocamos diversos elementos para sensibilizarnos y prepararnos a recibir el mensaje de esta fecha: guirnaldas hechas con guías y flores naturales, caracoles, cucharitas, vegetales e imágenes esclarecedoras.
No esperábamos muchas personas para la celebración, porque la situación de pandemia por COVID-19 ha mermado la participación en todas las actividades que venimos realizando. No obstante eso, el viernes 5 de marzo, a las 16 horas, dimos comienzo a la celebración, con diez participantes.
Con música tradicional de Vanuatu de fondo, https://www.youtube.com/watch?v=FNOHp9p-eSk , entramos con nuestras guirnaldas, entregando una a cada persona presente. Llevábamos una biblia abierta en Mateo 7: 24-27, una vela encendida y caracoles, colocando todo en la mesa preparada especialmente, con la bandera de este país, la obra plástica preparada para este año y el lema correspondiente.
La liturgia se desarrolló con agilidad. Preparándonos para escuchar y reflexionar sobre Mateo7: 24-27, cantamos la canción 109, “Callemos hermanos”, fuera de programa. Esta instancia tuvo mucha interacción y participación, dejando muchos caminos abiertos para continuarlos transitando en otros momentos… Fue muy enriquecedor, por la diversidad manifestada.
Trasladamos las palabras de Jesús a nuestra cotidianidad, y consideramos que nuestra comunidad de fe está en peligro de dejar de ser una casa bien construida, si descuidamos la labor misionera. Un aspecto que nos preocupa mucho es la poca presencia de niños, adolescentes y parejas jóvenes en nuestra comunidad de fe, así como la escasa participación en las instancias litúrgicas y, en consecuencia, el descuido u olvido de la mayordomía responsable. Pensamos que la educación cristiana tiene que ser valorada y planeada, porque implica una riqueza para toda la vida y un bien de la comunidad extendida. Coincidimos en que es más sencillo colaborar económicamente con una “casa insensata”, o causa solidaria, que aportar para intentar llevar el mensaje cristiano al descreído o al indiferente… Finalizamos la reflexión, concluyendo como las mujeres de Vanuatu que “Así pues, hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes” (Mateo 7; 12), siguiendo a Jesús, que es el camino, la verdad y la vida.
La música utilizada no fue la sugerida, por desconocerla, pero utilizamos la que se menciona a continuación, acompañada con guitarra: 172 “Bueno es alabarte, Señor”, 109 “Callemos hermanos”, 151 “Caminemos a la luz de Dios”, 360 “Quedate con nosotros” y 154 “La paz del Señor”. La ofrenda fue de $U 1.520.
