Lee en tu Biblia: Mateo 2:1-12
Luis Alberto Spinetta recordó una anécdota que tiene como protagonista a uno de los poetas más grandes del Japón, Matsuo Basho (1644-1694). Una vez, Kikaku, el discípulo de Basho, compuso el siguiente haiku: “Libélulas rojas, sacadle las alas, son pimientos”. Basho respondió que un haiku debe significar un deseo distinto, y para demostrarlo, escribió este otro poema: “Estos pimientos, agregadle alas, son libélulas”. Luego, Spinetta concluyó: “elegí esta poesía tan antigua porque esas dos visiones, provenientes de dos poetas, de alguna manera, a mi forma de ver, componen dos visiones del mundo: una, la visión de la destrucción, de aquellos que asesinan para imponer sus ideas, y el otro –que representa, en este caso, Basho, que corrige a su discípulo- por luchar por crear una vida mejor, por crear vida.”
En este pasaje de Mateo, un acontecimiento, el nacimiento de Jesús, en Belén, promueve dos actitudes éticas contrapuestas. Una, la de Herodes, que quiere matar al niño, pues escuchó que ese bebé pobre será el rey de Israel, y teme perder su poder; y la otra, la de los sabios de oriente, con sus diversidad de colores, idioma, cultura y religión, que vienen a venerar la vida del niñito y a traerle regalos.
Hoy, vivimos tiempos de cambios, momentos de incertidumbres y preguntas. Pero tenemos una esperanza: ha de venir el “año agradable del Señor”, el reino de Dios, y Jesús nos advierte que debemos estar alertas, y preparados/as para esos cambios profundos que han de venir, ¿Qué actitudes hemos de tomar? ¿De qué modo predispondremos nuestro corazón?
Que el niño pobre que será la salvación del mundo guíe nuestro camino en pos de la vida abundante para toda la creación.
Pastor Eduardo Obregón
Como siempre, un placer leerte querido Eduardo. Palabras cercanas, simples y abiertas para sumar a la reflexión y alivianar el corazón, sin dejar de ser provocativas. Un honor contar con gente así en las vueltas de la misión. Saludos!
Con respecto a la dos preguntas 1)creo que debemos orar mucho para que el Espíritu Santo nos ayude a que nuestras actitudes sean como las de Jesús. 2) nuestros corazones siempre dispuestos a tratar a los demás como nos gustaría que nos traten. Amén