LOS ESPACIOS QUE HABITAMOS

Apuntes de la Directora

Un nuevo año comienza, y el inicio del ejercicio para nuestra iglesia está marcado –en general- por el Sínodo. Este número de Página Valdense da cuenta de eso.

Intentamos en estas páginas rescatar algunos testimonios, las decisiones más importantes y algunas opiniones al respecto; pero también un texto sobre el significado e importancia de nuestra organización asamblearia. Mario Vigna nos invita a pensar recordando nuestra historia y algunos artículos del Reglamento Orgánico, decide titular su texto con una pregunta: ¿Cuán relevante es nuestra participación en el Sínodo?

Imagino que no sólo yo pienso en otras preguntas, en la misma perspectiva y casi de forma automática. ¿Cuán importante es nuestra participación en espacios comunitarios/ colectivos? ¿Qué aporto a mi comunidad y qué me aporta mi comunidad? ¿Cuáles son ‘todas las voces’? ¿Qué significa esa vida buena y abundante para TODXS? ¿Quiénes son todxs? ¿Somos todos, todas y todes? Claro que podríamos seguir pensando e incluso sería mucho más interesante si ustedes sumarán otros interrogantes. Además, sería una manera de producir respuestas nuevas continuamente.

Me tomé un tiempo para pensar en todas estas preguntas. Respiré profundo varias veces y arreglé el mate intentando discernir cuál era el eje común o, al menos, el que yo creía más importante en todo esto. Me encontré reflexionando sobre mí, y sobre cada unx de nosotrxs. Creo que no somos conscientes –o no del todo- de la importancia de nuestra presencia, palabras, decisiones y acciones. Quizás, a veces, pensamos que da igual, que no se va notar la diferencia si digo lo que pienso o me callo, si voy o no a algún encuentro/ reunión, si por no discutir acepto lo dado sabiendo que no es lo mejor, si sigo criticando –constructivamente o no- procesos sin reconocer los avances… Pero no da igual, cada unx de nosotrxs es parte importante de la construcción de los espacios que habita.

Estamos atravesadxs por procesos personales –pero en compañía- y también colectivos. Elijo pensar que estamos en continua construcción; pero seguir pensándonos, deconstruyéndonos, mirándonos y creciendo es también una decisión. Comprender que somos protagonistas de nuestras realidades, y por lo tanto tenemos el compromiso y la responsabilidad de transformarla, quizás nos lleve un tiempo… pero estoy segura que a cada unx de ustedes, al igual que a mí, nos impulsa la necesidad de un mundo nuevo, donde podamos ser más libres.

Considero que el mayor desafío para la construcción de un mundo con más libertad para todxs es comprender que sólo es posible si estamos dispuestxs a ser personas más amorosas, dejando de creer que nuestra realidad cercana es la de todxs, reconociendo que lx otrx hace lo mejor que puede… Muchas veces percibo que nos perdemos en todas las cosas que nos faltan y no disfrutamos ni reconocemos cada avance que logramos, aunque parezca minúsculo. Quizás, en este tiempo de cambios y resistencias, nos haga falta volver a encontrarnos. Quizás para volver a encontrarnos haga falta dejar de criticar –aunque tenga la intención de ser constructivamente- y de pensar en lo que aún falta por recorrer. Quizás para volver a encontrarnos tengamos que esforzarnos para ser más sincerxs, para tener más paciencia, dar más abrazos, decir más ‘te amo’ y tener más gestos genuinos en vez de buscar aquello que nos diferencia.

Que Dios nos muestre el camino para transformar nuestras realidades, y como dice uno de los textos de esta edición: «que sean nuestro motor las memorias de resistencia que hemos visto y oído.»

Daiana Genre Bert

Publicado en Editoriales, Página Valdense.