Lee en tu Biblia: Marcos 3:20-35
Este texto se encuentra ubicado en el comienzo del ministerio de Jesús. Él ha llamado a sus primeros discípulos y atrae multitudes, enseña y cura a los enfermos. Esta “rara” actitud de Jesús sorprende a las autoridades religiosas, a su madre y hermanos. Las autoridades le acusan de estar endemoniado porque ha sido capaz de curar hasta a los propios endemoniados, los que actúan bajo el poder del mal, Satanás. En nuestro tiempo podríamos decir: los enfermos/as de la mente, los/as que actúan fuera de sí, bajo el efecto de ciertas sustancias que hacen obrar de forma irracional.
Su familia también cree que está mal, posiblemente creen que está desequilibrado, y se preocupan por él, ¡¡quieren llevárselo!! Jesús ante estas acusaciones, y suposiciones, se enfrenta a todos con sabiduría y astucia, como siempre diciendo: ¿”Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás”? ¡Es imposible y ridículo pensar esto! Tal acusación de las autoridades religiosas hacia Jesús, seguramente es para causar temor y rechazo de la multitud que le seguía, y así quitarle protagonismo.
Este texto tiene muchos temas que podemos abordar para reflexionar. En esta oportunidad quiero reflexionar sobre los versículos 28 y 29, “Les aseguro que Dios dará su perdón a los hombres por todos los pecados y todo lo malo que digan: pero el que ofende con sus palabras al Espíritu Santo, nunca tendrá perdón, sino que será culpable para siempre”.
Leído así sin mucho análisis, nos podríamos preguntar, ¿Cómo?, ¿no es que Dios perdona todos nuestros pecados? ¿Entonces, hay uno que no lo perdona? Creemos que lo que impulsó a Jesús a proclamar este aviso que nos causa asombro y hasta cierta ansiedad, es que las autoridades religiosas, y hasta su propia familia, no están reconociendo a Jesús las buenas obras que hace, que provienen del espíritu de Dios, sino que se las atribuyen a Satanás. Por lo tanto no le reconocen, no se abren a recibir su bondad, su ayuda y por esa razón es imposible que puedan alcanzar el perdón y la salvación. Y eso nos pasa a nosotros hoy, es imposible que Dios pueda perdonar pecados y dar vida eterna a quienes no le reconocen y confían en Él, como el hacedor de todo lo bueno y dador de vida plena, abundante y eterna. Dios sabe que somos pecadores y caemos una y mil veces, pero si le reconocemos como nuestro único Salvador, recibiremos su perdón, una y mil veces también. ¡Qué el Dios nuestro creador, dador de todo amor nos bendiga y ayude a comprender todo esto, con la ayuda de su Espíritu Santo! Amén
Zully Rivoir, Tarariras