Lee en tu Biblia: Marcos 10:46-52
Este versículo de Marcos nos pone de lleno frente a situaciones que nos interpelan en lo cotidiano, en el día a día.
Solemos encontrarnos frente a duras situaciones, extremas, muchas veces. Le damos la vuelta, tratamos de ver de qué forma encontrar la solución, nos afligimos, nos enojamos, nos desilusionamos, no vemos. Nos enceguecemos. O andamos transitando como los caballos sin poder ver más allá de lo que nos permite nuestra visión.
Pero tenemos una llama que siempre está iluminando aún en las tinieblas: nuestra fe en Cristo. Así como nos cuenta el texto bíblico sobre Bartimeo, quién era ciego y creía en Jesús y en su sanación, y le pidió que interceda y lo cure. Bartimeo vio por gracia de Jesús y por su fe.
Cuando enceguecemos, cuando todo parece caerse y sin solución, la fe en Jesús nos abre los ojos y nos muestra otra realidad. «Tu fe te ha salvado». Nos ofrece una perspectiva distinta de la vida y de las situaciones. Pone la luz allí donde parece reinar la oscuridad. No se trata de algo mágico sino una comprensión del amor de Cristo, de su alcance.
Este texto nos invita a pensar que tenemos la bendición de luminosidad, que es el amor de Cristo, que irradia ese calor necesario en tiempos de frío, y que nos muestra el camino por dónde continuar andando.
Y así como a Bartimeo, su sanación no resulta ser un hecho aislado, ni una solución individual, sino que Jesús nos invita a compartir con otros y otras su palabra, a seguirlo en su misión y a trabajar por su Reino.
Laura Michelin Salomon Geymonat