¡VUÉLVANSE A DIOS! EL REINO ESTÁ CERCA


Lee en tu Biblia: Mateo 3:1-12

“¡Vuélvanse a Dios, porque el reino de los cielos está cerca!” Con este mensaje aparece Juan el Bautista por el desierto de Judea, a orillas del río Jordán. Un mensaje que cautivó, porque el texto sigue diciendo que: “La gente de Jerusalén y todos los de la región de Judea y de la región cercana al Jordán salían a oírle. Confesaban sus pecados y Juan los bautizaba en el río Jordán.”

Claramente había en el pueblo de Israel una necesidad de cambio, de que algo nuevo se pusiera en marcha. La vida a veces se torna dura, compleja, sin expectativas y cansa. Siempre es necesario un volver a empezar, un recuperar el sentido, la esperanza.

El evangelio de Mateo nos muestra a Juan pidiendo a sus conciudadanos la conversión, “porque el reino de Dios está cerca”. Ese es el gran desafío a cada creyente y a cada comunidad de seguidores de Jesucristo. Volverse a Dios, volver al amor mutuo, el que se comparte, que nos hace respetarnos, cuidarnos, comprendernos, animarnos. Volvernos a Dios es asumir un compromiso en la construcción de una sociedad donde cada persona pueda encontrar su lugar y desarrollarse dignamente. Todo parece muy utópico, hasta ilusorio, pero es el horizonte que Jesús nos ha propuesto y hacia el cual nos invita a caminar.

Al igual que a los israelitas del tiempo de Jesús, muchos nos aferramos a la tradición. En aquel tiempo se decían descendientes de Abraham, y hoy también hacemos galas de apellidos, o de tantas generaciones de creyentes. Pues entendámoslo bien, Juan dice que Dios puede hacer descendientes de … aun hasta las piedras. La fe no se hereda, es un don que recibimos de Dios y que estamos invitados a desarrollar en comunidad, viviendo tras los pasos de aquel que no solo nos enseñó el camino sino que nos lo mostró y está dispuesto a caminarlo junto a nosotros y nosotras.

Si somos de aquellos o aquellas que se muestran intolerantes, violentos, agresivos, egoístas; pues es tiempo propicio para volver a Dios. No está nada mal intentar revisar nuestros pensamientos, actitudes y prácticas y con total sinceridad reconocer aquello que no va con el sentir de Jesús. Es la forma de sabernos cerca del Reino de Dios.

Adviento, un tiempo de Dios, para volver tras sus pasos, tras los pasos que nos ponen en dirección de su Reino. Un tiempo para reencontrarnos con la esperanza, ese motor de la dimensión utópica del cristianismo, en tanto comunidad de hermanos y hermanas que en amor construye vínculos y relaciones de justicia y paz.

Pastor Sergio Bertinat

Publicado en Reflexiones - Pan de Vida.

Un comentario

  1. Estamos habitados por un enano autoritario que a veces puede con nosotros y nos llena de intolerancia, agresividad y egoísmo. Nos guía entonces el «evangelio de la avaricia». Para liberarnosy dejarnos guiar por el evangelio del amor solamente nos queda entonces volvernos a Dios y pedirle que nos ayude a construir esperanza, y sin dudas que notas como esta nos ayudan mucho. Muchas gracias por estar ahí. Saludos

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