Para introducirnos en este tema, debemos remontarnos a los hechos históricos que se fueron sucediendo y desarrollando a partir de la década de 1170-1180 del siglo XII en adelante en la Europa Medieval.
A partir de ese tiempo, el movimiento Valdense se presenta como un esfuerzo original de presencia y testimonio cristiano en el mundo, un esfuerzo que quería ser una respuesta al llamado Liberador del Evangelio.
Enmarcada en un preciso momento socio económico, expresó en gran medida el malestar de una generación de creyentes que, ¨habiendo escuchado el Evangelio¨, se colocaba en posición crítica frente a la institución eclesiástica moldeada por las ¨reformas¨ inquisidoras del pontífice Gregorio VII.
Como Valdenses de este Siglo XXI nos sentimos herederos comprometidos, con este inicial movimiento de cristianos que, ¨Habiendo escuchado el Evangelio¨ no se quedaron pasivos; ¡sino que sintieron Su llamado Liberador!
Ese llamado que, desde hace ocho siglos nos viene marcando y repicando en nuestros corazones, a partir de esa inspiración en el amor, el testimonio, y ejemplo de vida manifestado por Cristo Jesús. Esa posición crítica frente a los poderes de todos los tiempos, a las injusticias de un mundo que nos propone una vida egoísta, basada en el individualismo, en la veneración de los dioses terrenales que nos llevan a la ceguera y no nos permite visualizar las angustias y necesidades del prójimo.
Como cristianos Valdenses, estamos convocados e inspirados por ese Evangelio que, movidos por el Espíritu Santo nos lleve a proclamar, anunciar y testimoniar la Vida Nueva en Cristo.
VIDA NUEVA que se manifiesta en el Amor y la Misericordia de Dios como único Señor y Creador.
VIDA NUEVA que nace a partir de la Cruz de Cristo, Nuevo Pacto de Amor de Dios para con la Humanidad.
VIDA NUEVA en el Espíritu Santo, esa fuerza movilizadora y convocante.
VIDA NUEVA que por FE y sólo mediante la FE nos llama al Anuncio y el Testimonio.
VIDA NUEVA que se edifica en el amor al Padre y al prójimo. Amor que sólo se nos manifiesta por gracia y misericordia de Dios, y sólo para su gloria.
¨Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros¨ 2 Corintios 4: 7.
Celebremos y recordemos Cristianos Reformados este Día de la Reforma en amor y en compromiso. Amén
Orlando Allio
Mesa Valdense