Lee en tu Biblia: Lucas 18:9-14
¿Quién es justo y quién no? ¿Es mejor quien grita a los cuatro vientos lo que da, y así piensa que va a ser salvade (y en ese caso, ¿de qué?), o la persona que pide perdón todo el tiempo cuando se siente culpable de algo? Cuando oramos, ¿cómo lo hacemos? ¿En dónde? ¿En frente del mundo, gritando? ¿O con nosotres mismes cuando encontramos algún momento de tranquilidad? Para mí, ningune es más que otre por gritarlo o no; pienso que lo hacemos cuando y donde nos sentimos más cercanes a Dios, de cualquier manera que elijamos hacerlo. Se me ocurren estas y varias preguntas más al leer el texto bíblico (Lucas 18: 9-14), las cuales creo que Jesús quiere que nos hagamos al leerlo.
Tampoco creo que pidiendo perdón por lo que entendemos que hacemos mal o de mala gana e igualmente sigamos sin cambiarlo, tenga mucho sentido. Tenemos que poner de nuestra parte y pedirle a Dios que nos ayude a traspasar esa barrera del desgano y la incomodidad que nos genera hacer las cosas de otra manera, quizás mejores, ¿Quién sabe?
Jesús nos enseña, todos los días, que Dios no está solo en los grandes gestos, sino también en un abrazo, una caricia, en los pequeños gestos. Siempre tratemos de tener esos lindos pequeños gestos con les demás, ahí está nuestra verdadera grandeza como personas, como hijes de Dios y hermanes que somos.
Solo Dios entiende y conoce la sinceridad de nuestras palabras al orar, pedir, agradecer o accionar. Porque nos conoce más de lo que nosotres creemos… porque, como dice la canción: va Dios mismo en nuestro mismo caminar.
Brisa Budareto
*En esta nota se utilizó la “e” como lenguaje inclusivo por decisión de la autora.
Hermosa reflexión!!! No se predica solo con las palabras , hay muchas maneras , un abrazo, una caricia, un pedazo de pan, poner nuestro oido al que tiene necesidad de que lo escuchen, acompañar al que está solo o sola, un abrazo….tantas cosas podemos hacer en silencio!!!!!