“Para que vivir tan separados
si la tierra nos quiere juntar
si este mundo es uno y para todos
todos juntos vamos a vivir.”
(Todos Juntos. Los Jaivas)
Leemos en nuestras Biblias: Juan 17: 20-26
El evangelio de Juan nos presenta a un Jesús capaz de predecir lo que le ha de ocurrir, debido a su condición divina. Pero Jesús se muestra preocupado de aquellos creyentes que le siguen, e incluso en quienes han de venir.
El capítulo 17 testimonia la oración de Jesús antes de ser apresado. Y esta oración es presentada por el evangelio como un testamento. En el pasaje que estamos compartiendo ahora, el problema que plantea es sobre la unidad de los creyentes, es decir, el ser capaces de crear comunidad a pesar de las hostilidades del mundo (persecución, hambre y muerte).
Este tiempo de pandemia, o postpandemia, se nos presenta difícil: las guerras, los fundamentalismos de todo tipo, niñitos/as desnudos/as, descalzos/as y hambrientos/as en medio del frío, trazan un tiempo de auto destrucción, de disgregación y desesperanza.
¿Cómo interpela a nuestra fe este tiempo que estamos compartiendo? La desilusión está a la orden del día ¡y cuán lejos parece el reino de Dios de lo que hoy vive la humanidad!
Pero, a pesar de todo, necesito creer, y me identifico con aquel que dijo: “¡Señor, ayúdame a creer más!”. Lo necesito como el pan diario, porque necesito darle sentido a mis días. Por eso me aferro a estas palabras de Jesús, tan lúcidas para este tiempo: ante un mundo que se desmorona, que odia y aniquila, “que así el mundo pueda darse cuenta de que tú me enviaste, y que los amas como me amas a mí”, ora Jesús.
Y que mediante el amor como estandarte nos podamos encontrar para celebrar en comunidad. En este sentido, Jesús plantea: “Te pido que todos ellos estén unidos, que, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste”. Amén.
Pastor Eduardo Obregón
Hermosas palabras… hermosa reflexión que llega al corazón…