FUEGO PURIFICADOR


Lee en tu Biblia: Lucas 12:49-56

Un pasaje raro y difícil, nos encontramos con un Jesús desconocido, enojado (¿o no?) y angustiado, si es que lo tomamos literalmente.

En primer lugar creo que el fuego que describe el pasaje no es destructivo, más bien todo lo contrario. El profeta Malaquías dice por el Mesías: “llegará como un fuego, para purificarnos, como quien purifica la plata y el oro”. En 1º Corintios 3:13 leemos: “El fuego probará el trabajo que hemos hecho”. En 1º Pedro 1:7 dice: “La fe de ustedes es como el oro, su calidad debe ser probada por el fuego” ¿No será ése el fuego del que habla Jesús? No es un fuego que destruye, sino uno que purifica.

Pongo el siguiente ejemplo: cuando los campos no son más que pastos secos e inútiles, se los queman y así se renuevan y se vuelven útiles. Así también Jesús con su fuego puede transformarnos y hacernos útiles para su misión.

El otro tema es la angustia de Jesús ¿Será que tenía el sufrimiento físico que le produciría el martirio de la cruz? ¿O será que le angustiaba la actitud de sus elegidos? Judas lo traicionaría. Pedro lo negaría tres veces. Y otros dos al día siguiente de su muerte abandonan el grupo creyendo que todo había terminado y van camino a Emaús; sin embargo Jesús se les aparece y les explica que el Mesías tenía que sufrir en la cruz por los pecados de mundo, y cuando lo reconocen regresan y se integran de nuevo al grupo, y días después fundan la Iglesia en Pentecostés con el recibimiento del Espíritu Santo.

También dice Jesús que Él traerá divisiones. Veamos a la Iglesia como una familia, desde su misma creación siempre hubo desacuerdos y diferentes formas de ver su realidad. Por ejemplo algunos creían en la justificación por la fe, otros cumpliendo la ley. Esas distintas maneras de pensar llevaron muchos siglos después al primer gran cisma, quedando la Iglesia Católica Romana por un lado y la Iglesia Ortodoxa por el otro. Dentro de la Iglesia Romana surgieron personas que no estaban de acuerdo con el proceder de sus autoridades, por ejemplo Valdo junto a otros formaron grupos disidentes. Luego llegó la reforma de Lutero, y también entre los reformados hubo diferencias, y las mismas siguen hasta nuestros días.

Eso no quita que los distintos grupos puedan trabajar juntos haciendo hincapié en las cosas que nos unen, que son las que permiten trabajar en un mundo que necesita paz y amor. Porque el mensaje de Jesús es claro: ama Dios con todo tu ser y a tu prójimo como a ti mismo. Eso es lo que Jesús nos pide hoy a nosotros, y no es poca cosa.

Horacio Godoy

Comunidad Valdense de El Sombrerito, prov. de Santa Fe, Argentina.

Publicado en Reflexiones - Pan de Vida.