CUANDO EL AMOR HUMANIZA LA LEY

Lee en tu Biblia: Lucas 13:10-17

Mientras Jesús enseñaba en una sinagoga en día sábado, sale a su encuentro una mujer sin nombre conocido que desde hacía diez y ocho años estaba encorvada. La tradición-ley hebrea marcaba que: 1.- no era posible realizar trabajos en día de reposo; 2.- una mujer no debía entablar diálogos con varones desconocidos; 3.- no era bien visto que una mujer se acercara a un varón desconocido. Sin embargo Jesús, a partir de la buena noticia-evangelio, actúa: 1.- mirándola y escuchándola; 2.- llamándola; 3.- empoderándola: ¿de qué manera? Poniendo las manos sobre ella.

Ese encuentro hace que ella se libere de esa carga y/o enfermedad.

Éste es el accionar de Jesús en el encuentro con la mujer. Hasta aquí podemos decir que Jesús obra por amor al prójimo. La postura física de ella no le permitía ver los rostros de las personas, y muy probablemente tampoco podían ver su rostro. Rostro que seguramente estaba marcado por las líneas del dolor y el aislamiento.

Jesús es fuertemente cuestionado por el alto dignatario de la sinagoga al poner como prioridad la misericordia; mientras que el dignatario recuerda la ley según la cual seis días son para trabajar y el séptimo día se debe descansar.

Este relato corto pero profundo nos invita a pensar dónde colocamos nuestras prioridades frente a situaciones difíciles. Es decir: si Jesús hubiera obedecido ciegamente la ley, ni hubiera reconocido a la mujer en su necesidad, ésta no se habría curado.

¿Dónde nos colocamos nosotrxs como cristianxs? Hacer que se cumplan las normativas siempre es más sencillo que obrar a través del amor y la misericordia.

El amor y la misericordia nos comprometen y desafían para que consideremos a las personas como nuestrxs prójimos. Nuestrxs prójimos no son necesariamente las personas que elegimos, sino las personas que Dios coloca en nuestro diario caminar. Dios nos necesita generosxs, sensibles y con la capacidad de mirar a nuestro alrededor.

Wilma E. Rommel
Pastora

Publicado en Reflexiones - Pan de Vida.

Un comentario

  1. Gracias querida Wilma por tu reflexión. Así entiendo yo el mensaje de Jesús y tantos otros que priorizan el amor a las leyes. Abrazo

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