Principales resoluciones sinodales

En la tarde de hoy culminó formalmente la LX Asamblea Sinodal Rioplatense, luego de sesionar por cuatro días en las instalaciones de Jacinto Arauz, en el ámbito de la Iglesia de Colonia Iris.

Este sínodo tuvo la particularidad de iniciar la celebración de los 850 años del inicio del Movimiento Valdense. Hay una comisión encargada de, a través del año, ir recordando diversos momentos, procesos de esta larga historia y proponiendo y sugiriendo a las comunidades distintas actividades que se complementen con las propias. La idea de este tiempo es reencontrarse con la historia, no para quedarse mirando hacia atrás, sino para que la historia del Movimiento Valdense anime, aliente e ilumine el futuro de la comunidad valdense.

En cuanto a los temas propios de la asamblea, hubo resoluciones respecto a los caminos emprendidos durante este tiempo. En este sentido, se puede señalar la capacitación de laicos y laicas; la conformación de la Secretaría de Comunicaciones que, de alguna manera, pondrá en valor la historia valdense y podrá identificar los desafíos que este tiempo impone a la comunicación en lo interno, pero fundamentalmente en que el mensaje y la misión de la Iglesia transcienda sus fronteras.

Las decisiones que se tomaron en relación a la diaconía tienen que ver con una manera más clara de entender y encarar su aspecto institucional y comunitario, que necesita recobrar el vigor, la vigencia y el testimonio.

Otro tema del que se ocupó este sínodo guarda relación con la violencia de género y generaciones, una cuestión que se viene atendiendo y es parte de un proceso institucional. En esta oportunidad se conformó una Comisión Sinodal con el objetivo de dar seguimiento al protocolo y colaborar con las comunidades en pos de sensibilizar en torno a la temática.

Por otro lado, se reconoció la gran sobrecarga institucional, tanto en el Sínodo como en Mesa Valdense, es por eso que se inició un proceso de transformación en vista de hacer asambleas sinodales más cortas, que puedan tratar temas prioritarios y sustanciales, y con el desafío de continuar la búsqueda de mecanismos que mejoren la dinámica de trabajo.

Además, se puso en marcha una nueva etapa de acompañamiento y compromiso para adolescentes y jóvenes. Hay un equipo, Requinto, que se puso en marcha oficialmente a partir de este sínodo y venía trabajando en la elaboración de un proyecto, con la intención de fortalecer los grupos de adolescentes y jóvenes que están en las iglesias.

Por último, el Sínodo valdense celebró la tarea de la Comisión Argentina para Refugiados y Migrantes (CAREF), en sus 50 años de trabajo, en principio por los y las refugiadas políticas en las dictaduras que se dieron en todos los países del Cono Sur, y hoy atendiendo a la realidad de las migraciones. Como iglesia que forma parte de esta Comisión, se celebra el testimonio, y reafirma el compromiso de continuar trabajando ecuménicamente en esta dirección.

 

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