Desde la diversidad

Leemos en nuestra Biblia: Marcos 7:24-37

Esta lectura de San Marcos: 7 24-37 contiene dos relatos de milagros: una niña liberada del demonio y un hombre sanado en la audición y el habla.

Primer relato (vv. 24-31a):

Este relato nos interpela desde su complejidad. La breve narración está enmarcada por la llegada y la partida de Jesús del lugar donde se desarrollan los hechos. Coloca en el centro el intercambio entre Jesús y la mujer:

Jesús llega a la región de Tiro y Sidón, ciudades costeras de Fenicia, territorio no judío de población mayoritariamente gentil; su intención es pasar inadvertido, pero una mujer, cuya hijita tenía un espíritu impuro, oye acerca de él, va a verlo y se postra a sus pies. La mujer ruega por la liberación de su hija endemoniada. Jesús le responde rehusando su pedido. No es común que una mujer sola hable. La mujer le contesta y Jesús vuelve a responder, positivamente. La mujer regresa a su casa y encuentra a su niñita liberada del demonio.

El meollo interpretativo radica en el hecho de la respuesta de Jesús al ruego de la mujer. La réplica que él recibe proviene de una mujer. Y lo llamativo es que la liberación de la niña es a partir de las palabras de la mujer que se vale por sí misma y que reconoce sus limitaciones; su palabra de reconocimiento e insistencia es en realidad, la que opera el milagro a la distancia.

Segundo relato (vv. 31b-37):

Este relato, ubica a Jesús pasando por la región de Decápolis, allí algunas personas traen ante él a un hombre imposibilitado de oír y ver, le piden que ponga su mano sobre él. En esa época colocar las manos sobre las personas era una práctica común en las curaciones. Jesús lo aparta de la gente y actúa como un obrador de milagros. Los oídos del hombre se abren y su lengua se suelta, permitiéndole hablar bien. Jesús pide que se guarde silencio sobre esto; sin embargo, se divulga rápidamente causando gran admiración entre la gente. El relato se cierra con el testimonio de aquellos que en la región ya parecen conocer sus obras; estos afirman que todo lo ha hecho bien.

Los relatos nos cuestionan al momento en que intentamos interpretarlos, nos devuelve la mirada y nos interpela qué y quiénes somos, en qué lugar estamos. Constituidos por un complejo entrecruzamiento de hilos – raza, etnia, cultura, género, posición social, religión… Somos diferentes pero semejantes. Nuestra vida no es “tan otra”… no son “tan otros”. Sólo cuando llegamos a conocer las limitaciones y dependencias de la trama que nos atraviesa, estamos preparados para recibir la liberación y la sanidad.

Desde la diversidad que Dios nos creó, es posible seguir construyendo un mundo en Paz y Armonía… Amén

Alba Rostán

Enfermera – Administradora Junta Unida de Misiones

J.J. Castelli, Chaco, Argentina

Publicado en Reflexiones - Pan de Vida.