LA RESTAURACIÓN A TRAVÉS DE LA FE

Lee en tu Biblia: Lucas 17: 5-10 

¡Auméntanos la Fe! Un pedido de los discípulos en ese entonces y me animo a decir que también de nosotres hoy. El pasaje nos invita a la revisión, poniendo en el centro el tema de la Fe y el seguimiento de las enseñanzas de Jesús acerca de ese proyecto que Dios tiene para su creación.

Me gustaría comenzar invitándoles a retomar la lectura desde los versículos previos al pasaje propuesto. Allí Jesús, en una comprensión realista de lo que significa vivir en comunidad, habla de las relaciones humanas y cómo estas pueden llegar a crear situaciones donde las personas más vulnerables sean perjudicadas. Jesús nos dice que nuestra Fe nos compromete a no ser de tropiezo para otres, no violentar de ningún modo a la hermana o hermano de tal manera que sea excluido de la comunidad o sienta que no existe su lugar dentro de ese proyecto de Dios.

Así mismo nos habla de la necesidad de poner límite a quien cometa injusticia, mostrar en qué grado afecta a estas y estos pequeños, de tal manera que sea posible el sincero arrepentimiento. Si el arrepentimiento llega con sinceridad, nuestra Fe nos lleva al perdón, a buscar la restauración. Esto no significa que todo vuelva a su estado anterior, pues creemos que Dios en Jesús siempre hizo una opción clara por las víctimas de la opresión humana, y que vivir en comunidad cristiana implica velar, en primer lugar, por el buen vivir de aquellas personas que han sufrido por causa de otras.

Es aquí en donde pedimos a Dios que aumente nuestra Fe, pues en la vida en común también transitamos momentos de crisis personal y comunitaria. En algún momento Dios nos deja en evidencia, y nos muestra todo lo que aún tenemos para trabajar y sanar en nosotres mismos.

Jesús nos responde que la Fe, aún brotando desde la pequeñez de un grano de mostaza, puede hacer cosas que para nuestra razón parecen imposibles. Luego pone un ejemplo cotidiano de su sociedad que seguramente a primera vista encontremos chocante. Personalmente me gusta pensar que, otra vez este Jesús realista toma el ejemplo duro del trabajo del siervo, para decirnos que no esperemos recompensa por intervenir de buena Fe en la vida comunitaria, que es importante que nuestra actitud sea de humildad, y que esta Fe compartida nos pone en el lugar de simples servidores y servidoras, agradecidas por la invitación a esa/esta Vida buena y abundante.

Acompáñanos, Dios de vida, en el camino de ser tu comunidad.

Federico Plenc

*En esta nota se utilizó la “e” como lenguaje inclusivo por decisión del autor.

Publicado en Reflexiones - Pan de Vida.