«NO TENGAS MIEDO, DESDE AHORA VAS A SER PESCADOR DE HOMBRES»

Lee en tu Biblia: Lucas 5: 1-11

Jesús comienza a caminar por diferentes pueblos, anunciando la buena noticia del Reino de Dios. La noticia se extiende y hay algunos que quieren matarlo (Lucas 4, 28-30) pues para que sea una realidad la paz y la justicia, tiene que haber cambios en la vida personal y comunitaria, y no a todos convence y conviene.

Y otros lo siguen, para ser curados –ellos o sus familiares- de sus dolores; para escuchar lo que tiene para decir –había algo diferente en sus palabras, “hablaba con autoridad” (Lucas 4,32)-. Y así Jesús se encuentra apretujado junto al lago de Genersaret ; pide a Simón Pedro y sus compañeros pescadores que le permitan subir a la barca, y alejado un poco de la orilla comienza a hablar a la multitud.

Simón ya conocía a Jesús pues había estado en su casa, había curado a su suegra: Simón ya sabía quién era Jesús, qué decía y qué hacía. No obstante, en ese momento no habrá estado con muchos ánimos, pues no habían pescado nada, y con ello la preocupación del pan de ese día, qué decirle a la familia, a sus compañeros, a los clientes… mucho no había para hacer, ¿porqué no dejar que Jesús hablara desde las barcas y así retrasar el encuentro con la realidad? No tenía nada para perder…

Y de pronto, Jesús lo llama a ir al lago a pescar. Miradas de escepticismo -¿Un carpintero indicarle a unos pescadores lo que tenían que hacer?-, y miradas de esperanza –si tiene dominio sobre espíritus impuros, ¿no tendrá influencia sobre la naturaleza?-. Allí se fueron, y pescaron mucho, dándoles para ellos y para otros pescadores. “Mira Jesús que no somos personas para que estés con nosotros”, “Todo lo contrario, quiero que sean pescadores de hombres conmigo.”

Pescadores: personas con paciencia y tiempo para esa tarea; personas con percepción del espacio donde se encuentran para encontrar la mejor pesca, un buen pescador se hace en la práctica y no en base a libros y discursos; personas que se alegran cuando se pescó algo bueno, y que buscan no enojarse cuando algún pez rompió la caña o las redes o logró liberarse; personas que saben respetar los tiempos de los peces mismos…

¿Tendremos en cuenta estas características en el anuncio de las buenas noticias del Reino de Dios?

Pastora Mónica Hillmann

Publicado en Reflexiones - Pan de Vida.

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