REFLEXIONES – Página Valdense - Edición abril 2021

Pueblos con memoria

1 Dad gracias al Señor, porque él es bueno,

porque su amor es eterno. (…)

5 En mi angustia llamé al Señor;

él me escuchó y me dio libertad.

6 El Señor está conmigo; no tengo miedo. (…)

27 El Señor es Dios; ¡él nos alumbra!

Comenzad la fiesta y llevad ramas

hasta los cuernos del altar.

28 Te doy gracias y alabo tu grandeza,

porque tú eres mi Dios.

29 Dad gracias al Señor, porque él es bueno,

porque su amor es eterno. (Salmo 118)

El pueblo reunido en comunidad celebra y expresa su gratitud a Dios. Hacen memoria de la compañía y cercanía de la divinidad en sus vidas, en la historia colectiva que han transitado. Anuncian la esperanza, la germinación de un tiempo nuevo que está por venir y que se hará realidad para todo el pueblo.

Su testimonio queda plasmado en este Salmo, como en tantos otros que también recogen las vivencias populares y sus expresiones de fe a lo largo de la historia. Así se van construyendo las memorias vivas de los pueblos, que se tejen con las experiencias cotidianas, con las dolencias, las alegrías y con las esperanzas que se van renovando en ese ejercicio dinámico de la comunidad.

La memoria está viva, decimos, porque no se trata de un mero acto de recordar el pasado sino que también se está construyendo el futuro y transformando el presente. La comunidad que da gracias a Dios evoca a la historia que les antecede y a la vez anuncia que la presencia de Dios sigue en sus vidas, en lo cotidiano, en aquellas tensiones y dificultades que se van presentando. Y siguen cantando y celebrando el amor de Dios, en la esperanza de un tiempo nuevo que le da sentido a sus pasos y alumbra el camino que van a recorrer.

La comunidad que hace memoria también resignifica el presente que les toca vivir, agudiza la mirada ante lo que acontece y va tejiendo lazos que dignifican sus vidas sabiéndose parte del proyecto de vida buena y abundante de Dios para toda la Creación.

Tus palabras son
fresco manantial,
sintiendo tu voz
aprendí a cantar.
Cuando llegue el alba
Viviré, viviré

A un costado del olvido
mis sueños madurarán
reventando en luz,
florecidos.

Cuando llegue el alba
Viviré, viviré.

Cuando llegue el alba
Viviré, viviré.[1] 

 

Yanina Vigna

Equipo Editor

[1] “Cuando llegue el alba” – W. Belloso/A. Figueroa

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