¿QUIÉN ES MÁS IMPORTANTE?

Lee en tu Biblia: Marcos 9: 30-37.

En la sociedad donde vivimos, en el trabajo, en el grupo de amigos, en las comunidades de fe. Donde sea que participemos, el más importante suele ser el que más sabe, el mejor preparado, el más fuerte, el más simpático, el que tiene más dinero, el que se destaca por algo que se valore. El que tiene poder, el que ordena, el que se impone.

Y generalmente todo el mundo acepta que los poderosos de acuerdo a los cánones de la sociedad, sean los más importantes. Muchas veces ese poder es auténtico, nace naturalmente de la capacidad o los dones de la persona, otras veces son impuestos por otras razones: dinero, capacidad de manipular, de mentir convenciendo, de fuerza.

Muchas veces nosotros mismos nos creemos importantes, y consideramos que merecemos ocupar determinados lugares en el medio en que actuamos. Queremos tener poder, poder de decidir, de elegir, de ser reconocidos y valorados. Muchas veces ese creer en nuestras capacidades nos vuelven soberbios, vanidosos, egoístas. Solemos creernos más que los demás. Y pretendemos imponer nuestro punto de vista, nuestro modo de actuar.

Pero Jesús nos muestra otra lógica. El más importante es el que sirve, el que ayuda, el que humildemente pone su tiempo y sus dones al servicio de los demás, sin esperar nada a cambio. Ningún reconocimiento, ningún elogio. El más importante, el mejor de todos, es aquel que se niega a sí mismo. Que se reconoce sólo valioso en la medida en que la gracia de Dios lo recubre. Y que entonces, humilde y agradecido, se coloca al lado de los demás, para apoyarlos, sostenerlos, acompañarlos.

Quiera el Señor que cada uno de nosotros se sienta importante por su humildad, su generosidad, su capacidad de dar y servir.

Heladio Tron

Publicado en Reflexiones - Pan de Vida.