SEGÚN LOS VALORES, SERÁN LOS RESULTADOS

Lee en tu Biblia: Juan 6:24-35

¿Qué se le puede pedir a alguien que pasa hambre, penurias, incertidumbres económicas?

Nada. La supervivencia física es la primera de las preocupaciones instintivas, común a todo individuo terrenal. Una persona que no tiene cubiertas las necesidades básicas, no podrá nunca distinguir el bien del mal, lo justo de lo injusto. Ahora, supongamos que una persona que pasa días sin comer, debiera decidir cómo repartir un trozo de pan entre él y dos personas más, ¿alguien podría juzgarlo si decide tomar el trozo más grande para él mismo? Difícilmente, ya que el individuo se encuentra condicionado por su delicada situación.

Diferente sería el caso en que una persona que recién comió hasta saciarse, debiera decidir cómo repartir un trozo de pan con dos personas. Si se rigiera por su instinto básico, se quedaría con el trozo más grande para él, para asegurarse de tener reservas para el futuro, en caso que la hambruna volviera a su camino. Y aquí es donde entiendo que Jesús nos habla: “Deberíais preocuparos no tanto por el alimento transitorio, cuanto por el duradero, el que da vida eterna.” ¿Acaso la vida solo pasa por los bienes materiales? ¿Acaso nuestra existencia solo está compuesta por los instintos básicos de supervivencia?  Ante nuestros ojos un mundo cada día más materialista se hace presente, cadenas de oro, ferraris, yates, el bien material como lo único relevante. Todo lo demás se nos presenta o bien como obsoleto, o como una tontería.

Cuando en el informativo aparece la noticia de que una persona mató a otra por un reloj, ¿se trata de un hecho aislado de lo que somos como sociedad? ¿son obsoletas las enseñanzas de Cristo? Parecieran ser cada vez más urgentes. ¿No es una tontería que una persona muera por un reloj? Daría la impresión que el mundo actual se encontrara subvertido: pensar en los demás es ser tonto, y poner los bienes materiales por encima de las demás personas se nos muestra como lo más inteligente. No es de extrañar que, promocionando estos valores, los resultados sean los encontrados en el informativo.
Jesús hace miles de años que nos ofrece el camino del amor eterno: “Mi Padre es quien os da el verdadero pan del cielo. El pan que Dios da, baja del cielo y da vida al mundo”. Al tener el estómago lleno, se nos abren las puertas para buscar los caminos que satisfacen otras necesidades, menos instintivas. ¿Puede una persona que solo se preocupa por seguir su instinto de supervivencia amar? Tal vez para el individuo con las necesidades cubiertas, lo más inteligente sea repartir el pan, antes de atragantarse con el mismo y no tener a nadie quien lo auxilie.

Raúl Talmón
Comunidad Valdense de Montevideo, Uruguay

Publicado en Reflexiones - Pan de Vida.