Yo soy el camino, la verdad y la vida

Leemos en nuestras Biblias: Juan 14: 1-14

En el título encontramos tres palabras fundamentales para la fe cristiana. Las dice Jesús a sus discípulos días antes que se desarrollen los hechos de la Pascua. En todo este pasaje de Juan, él comparte con ellos varios conceptos sobre sí mismo, en donde ellos no llegan a entender completamente, como nos lo indican los versículos 5 y 6.

El camino: cuando leemos esto, podemos pensar en nuestros propios caminos que transcurrimos a lo largo de nuestra vida. Caminos difíciles algunos, otros con recuerdos que nos llegan al alma. Están aquellos que intentan hacernos desviar de nuestro objetivo. Pero todos nos llevan hacia algo.

¿Qué quiso decir Jesús con “yo soy el camino”? La misión de Jesús es dar a conocer a Dios a la humanidad, ese Dios que se veía tan lejano ahora se hizo carne en un hombre para poder conocerlo en toda su humanidad, y también en su divinidad. Jesús les decía y nos lo dice cada día que sólo por Él y a través de Él llegamos a Dios. Él es nuestra guía, nos toma de la mano, nos conduce, y nos dirige todos los días de nuestra vida. No nos muestra el camino, Él es el camino. Sólo queda dejar guiarnos por Él.

Yo soy la verdad”: otra gran afirmación. En un mundo en donde hay tantas personas que se arrogan el derecho a tener la verdad, ¿qué nos dice hoy a nosotros esta afirmación de Jesús?

Que en su ejemplo de vida, en sus palabras debemos encontrar la respuesta a esa afirmación. Es la fuerza de su autenticidad en todo su accionar lo que nos da esa certeza de que en Él está la única verdad a seguir.

Yo soy la vida”: Y como conclusión de esas tres afirmaciones nos dice que nuestra vida, teniendo a Jesús como faro que ilumina nuestro andar, será una vida rica en bendiciones de Dios, prometidas a todo el que en Él crea. No nos asegura que no tendremos dificultades o dolores mientras la transitamos, pero al ser Él el ejemplo, nos asegura ese abrazo que nos consuela y nos sostiene, evitando que caigamos.

En estos tiempos de incertidumbre, de dolor, de miedos por los que está atravesando la humanidad con esta pandemia que ha afectado a tantas personas y pueblos, que podamos sentir que Jesús está en el camino con nosotros, en la seguridad de que su verdad será la que nos guíe y nos libere, y su vida el ejemplo vivo y creíble de que otra vida es posible. Que esa seguridad y esperanza nos acompañe siempre, ahora hasta que todo esto pase y en el tiempo que vendrá luego de que podamos volver a nuestras rutinas diarias ¡Que así sea!

Noemí Bremermann

Miembro laica de la Iglesia Evangélica Valdense de Col. Miguelete, Uruguay.

Publicado en Reflexiones - Pan de Vida.