Bautismo, caminamos siguiendo los pasos de quien lo hizo antes

Leemos en nuestras Biblias: Lucas 3:15-17, 21-22

Siempre me pregunté si Juan sabía que Jesús estaría ese día a la orilla del Jordán o también fue sorpresa para él. Seguro que fue sorpresa para quienes llegaron a escuchar, expectantes, a ese profeta que decía sin filtro las cosas.

Si leemos los textos anteriores lo vemos condenando a los poderosos por tomar más de lo debido, instruyendo al pueblo y criticando hasta el mismísimo Herodes.

El pueblo se preguntaba: “¿Podría ser Juan el verdadero Mesías?” Llevaban mucho tiempo esperando a un Mesías que traería justicia y paz.

Y el hombre del desierto comenzó a hablar sobre la inminente llegada de alguien más. La gente creía que él estaba lleno del Espíritu de Dios y de fuego, en tanto Juan anunciaba a alguien más poderoso.

Y entonces, de repente, Jesús estaba allí.

Su llegada fue-otra vez- sin pompa, si tenemos en cuenta que es el esperado salvador que separaría el trigo de la paja. Esto es habitual en el evangelio de Lucas. Es el Mesías que, en el capítulo anterior, había nacido en el establo de una posada y había sido colocado en un pesebre y es quien será rechazado en la ciudad de su niñez apenas unos versículos más adelante.

Jesús llegó como uno más, nació y se bautizó como el pueblo, mostrando su humanidad plena. Pero en medio de ese establo y en la humildad a la orilla del río, también se reveló su divinidad. “Mientras oraba,” dice el texto, “el cielo se abrió” y la Trinidad se hizo presente, incluyente y amorosa.

Por eso tenemos el bautismo como sacramento. En el bautismo de Jesús reconocemos que el bautismo es una consagración de la vida aceptando el amor, la inclusión, la gracia que se nos da para dar, así como la reafirmación de querer vivir y caminar en comunidad.

Caminamos siguiendo los pasos de quien lo hizo antes y no vamos solas ni solos. La presencia de la Ruah, el Espíritu divino nos alienta y viajamos de la mano, aún con nuestras contradicciones y aciertos con la identidad de hijas e hijos, hermanos y hermanas.

Que así sea en este nuevo año. Feliz y bendecido 2022, en sororidad.

Claudia Florentin

Periodista, Editora de Alc Noticias y Con Efe Comunicaciones

Publicado en Reflexiones - Pan de Vida.