Bautismo y Nuevo Comienzo

Después de leer el texto, me llamaron la atención tres aspectos que quiero compartirles.

En primer lugar, me parece importante resaltar lo que Juan anunciaba: «Os he bautizado con agua; pero él os bautizará con Espíritu Santo» (v. 8). A pesar de que miles de personas fueron bautizadas en el río Jordán, llegando de diferentes localidades, Juan les dice que él los bautiza con agua y que vendrá alguien que los bautizará con Espíritu Santo. ¿Cómo se habrán sentido en ese momento todas aquellas personas que estaban pasando por el bautismo? Hoy, ¿qué sentimos nosotros? ¿Estamos bautizados por Espíritu Santo o por el bautismo con agua?

En segundo lugar, luego de que Juan bautizó a Jesús, dice: «Cuando subía del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma que descendía sobre él» (v. 10). Podemos apreciar cómo el Espíritu Santo toma una presencia real en este mundo, representado en este caso por una paloma que desciende del cielo y llega a Jesús. ¿En qué situaciones, objetos o personas podemos apreciar hoy el Espíritu? ¿Realmente lo apreciamos? ¿Nos damos el tiempo y la reflexión para poder ver y contemplar al Espíritu?

En tercer lugar, quiero reflexionar sobre todo lo acontecido en esos versículos. Juan venía anunciando que llegaría alguien más poderoso que él. Y ese día llegó: Jesús se acercó desde Nazaret de Galilea, y ocurrió ese maravilloso bautismo. Entonces, el ministerio por el cual Juan predicaba en el desierto y bautizaba en el río había terminado. Había llegado y estaba ante sus ojos la persona a la cual no se sentía digno de «desatar de encorvado la correa de su calzado». En el mismo momento en que finalizaba el ministerio de Juan, podemos apreciar el inicio del ministerio de Jesús. Qué maravilla ser testigos de ese momento. Y qué bueno que el fin de uno sea el comienzo de otro.

Hoy podemos hacer esta valoración y verlo en perspectiva, pero en ese momento habrá sido diferente. Así como nosotros muchas veces tenemos miedo de terminar procesos porque no sabemos qué va a pasar después. Confiemos en que siempre vienen momentos diferentes, a veces difíciles, pero siempre con mejores enseñanzas.

Que esta reflexión nos permita pensar sobre el Espíritu en nuestras vidas y, principalmente, poder verlo en cada instante, en cada proceso y que pueda acompañarnos en cada decisión para que aquellos finales sean el comienzo de otros.

Publicado en Reflexiones - Pan de Vida.