Incluso los Mártires sirven a la causa de la unidad del cristianismo

La historia de Giovan Luigi Pascale

Uno de los primeros grandes mártires Valdenses fue Giovan Luigi Pascale, quien fue quemado en la hoguera en Roma. Esta historia trata sobre su vida y la manera en como es recordado por los Valdenses y Metodistas en Italia. También, sobre cómo su memoria aún sirve a la causa de la unidad de los y las cristianas.

Al salir de la puerta principal de la Iglesia Metodista Ponte Sant’ Angelo en Roma, uno se encuentra con los Santos Pedro y Pablo mirándote directamente.

Pedro sostiene con su mano izquierda un libro cerrado sobre su pecho. Solo cuando uno lo mira detenidamente se da cuenta que su mano derecha está sosteniendo un juego de llaves entre los pliegues de su ropa. Por otro lado, Pablo está sosteniendo un libro abierto y una espada porque se dice que fue decapitado con una de ellas.

Son sólo estatuas, pero intimidan. Fueron hechas con ese propósito. Como lo son las estatuas de los ángeles que se encuentran detrás de ellos cuando se cruza el puente. Los ángeles llevan los símbolos de la pasión de Cristo. En el pasado, los presos los veían cuando eran sacados de sus celdas para ser ejecutados públicamente en la Plaza Sant’ Angelo al final del puente. La plaza solía ser más grande de lo que es hoy en día. El edificio con la actual Iglesia Metodista fue construido en una parte de ella. ¿Era un consuelo para esos prisioneros mirar las estatuas de Pedro y Pablo y los ángeles? ¿Los hacía sentirse cerca de Cristo, quien fue también ejecutado con una crueldad bárbara y un sufrimiento inimaginable, mientras se dirigían hacia su propia muerte violenta y horrible? ¿O se preguntaban por qué los que estaban a punto de torturarlos y matarlos mostraban con orgullo las cosas que se usaban para burlarse, torturar y matar al Hijo de Dios? ¿Qué significó?

Una persona que fue llevada para ejecución fue el pastor valdense, Giovan Luigi Pascale. Un hombre culto y uno de los primeros traductores del Nuevo Testamento Griego al Italiano. Él respondió a un llamado para predicar a los valdenses y a otros en Calabria. Fue arrestado, llevado a juicio, interrogado, juzgado y condenado por la Inquisición. El 16 de septiembre de 1560 fue ejecutado estrangulado y luego quemado en la hoguera. Sus cenizas no fueron recolectadas. 

Hay una placa que conmemora a Pascale en la calle en la pared lateral de la Iglesia Metodista de Ponte Sant’ Angelo. Murió por su fe. Fue un mártir. Dio testimonio de Cristo, lo predicó y buscó compartir su amor con la gente. Giovan aún es un testimonio para nosotros de lo que significa ser discípulo de Jesús, estar preparado para tomar tu cruz y seguirlo. Mientras miro la placa, me pregunto si alguna vez podré ser tan fiel y valiente como él. Pero también me pregunto dónde se puede encontrar el perdón. Pascale se opuso a la Inquisición y condenó toda su maquinaria hasta su muerte. Pero, seguramente si estaba siguiendo a su Señor, también habrá podido decir en su corazón “Padre, perdónalos: no saben lo que hacen”. E incluso si él no pudo, o aquellos que escribieron su historia con el propósito de fortalecer a otros que sufren persecución no pudieron, ¿debemos hacerlo nosotros?

Justo en la calle de la iglesia metodista de Ponte Sant’ Angelo se encuentra el venerable English College. Fue fundado como el Hospicio de Santo Tomás en 1362 para atender a los peregrinos y visitantes ingleses. Es la institución inglesa más antigua fuera de Inglaterra. En 1579 también se convirtió en un seminario para capacitar a sacerdotes católicos de Inglaterra y Gales. Cada año, el 1 de diciembre (pocas semanas después del aniversario de la muerte de Pascale), el colegio celebra el Día de los Mártires. Esto se debe a que entre 1581 y 1679, cuarenta y cuatro estudiantes del colegio fueron martirizados por su fe en Inglaterra, y otros ciento treinta fueron encarcelados o exiliados. Dieron testimonio de Cristo, lo predicaron y buscaron compartir su amor con la gente. Todavía dan testimonio a los estudiantes del colegio de lo que significa ser discípulo de Jesús, estar preparado para tomar tu cruz y seguirlo.

Pero, de nuevo, ¿dónde se puede encontrar el perdón en todo esto? En el servicio del Día de los Mártires me sentí muy incómodo. Como representante de una iglesia protestante de Inglaterra, me sentí culpable de que aquellos que habían dado su vida como testigos de Cristo, tal como lo entendían, hubieran sido torturados y asesinados por protestantes que querían dar testimonio de una comprensión de Cristo que yo he heredado. Entonces, escuché al predicador decir a los estudiantes del seminario católico romano que siempre deben recordar que no importa cuántos católicos fueron asesinados por su fe en Inglaterra, no se parecía en nada al número de protestantes que habían sido sacrificados por los católicos cuando tomaron el poder allí. Y me puse a llorar.

No está bien matar por tu fe, pero está bien estar preparado para morir por ella si es necesario. El perdón comienza cuando podemos reconocer la fe y la espiritualidad de los mártires protestantes y católicos. En 2012, la reina Isabel II fue al Jardín del Recuerdo en Dublín en lo que hoy es la República de Irlanda y depositó una ofrenda floral en el santuario en conmemoración de aquellos que habían dado su vida por la libertad de los irlandeses de los británicos. Ese acto reflejó y selló el paso hacia la paz y la reconciliación tanto en la República como en Irlanda del Norte.

Cuando se colocó la placa de Pascale en la pared, un sacerdote inglés que era un alto funcionario del Vaticano me preguntó si estaría bien que viniera a la calle con nosotros cuando se hiciera la dedicatoria. Me sentí cercano al espíritu del fundador del metodismo, John Wesley, quien en 1749 escribió una carta conciliadora a los católicos romanos en Irlanda, que resumió en un sermón publicado en 1755 como “Aunque no podemos pensar igual, ¿no nos podemos querer de todas maneras? » – incluyendo estar preparado para renunciar a tu vida.

El autor, el reverendo Kenneth Howcroft, fue pastor de la Iglesia Metodista Ponte Sant’Angelo en Roma, cuando conoció a Monseñor Mark Langham, el sacerdote católico inglés del que habla. Más tarde, se desempeñó como presidente de la Conferencia Metodista de Gran Bretaña. La Iglesia Metodista Ponte Sant ’Angelo en Roma es parte de la familia Metodista Italiana que se unió en 1975 con la Iglesia Valdense en Italia. La Iglesia Metodista Ponte Sant’ Angelo es una congregación internacional de habla inglesa.

Texto publicado en el boletín informativo de la Sociedad Americana Valdense el día 15 de febrero de 2021. Traducción a cargo de Verónica Biech (Secretaría de Comunicaciones de la IEVRP). 

Publicado en Noticias.